No es sencillo convencer a Manuel Pellegrini viniendo de la cantera, pero Jesús Rodríguez tiene algo distinto. El jugador nacido en Alcalá de Guadaíra en noviembre del 2005 debutó oficialmente con el Betis en el partido de Copa del Rey ante el Gévoraen Extremadura. El extremo mostró sus mejores cualidades -regate, velocidad, descaro…-, pero Relevo ha querido adentrarse en la curiosa historia de un futbolista que pasó por la cantera del otro equipo de la ciudad, el Sevilla. Ahora, celebra los goles con sus dedos mirando al cielo, en memoria de su abuelo, un bético de pura cepa que no llegó a verle con la camiseta verdiblanca.
Sus andaduras en el fútbol comenzaron en el Atlético Oromanael equipo de su barrio, hasta que en se segundo año alevín dio el salto al Sevilla. En la carretera de Utrera, Jesús Rodríguez dejó detalles que gustaron a algunos entrenadores, pero, finalmente, tres años después acabaron mostrándole la puerta. Un palo importante, basado, según algunas fuentes, en el endeble físico que tenía en aquel momento. Aunque poco tardó en callar bocas el alcalareño.
Tras dos temporadas vistiendo la camiseta del Nervión, el Betis llama a la misma puerta que años atrás cerró el Sevilla… y se hace definitivamente con los servicios de un futbolista muy especial. Alberto Gálvez, periodista y entrenador de Jesús Rodríguez en la temporada 2020/21, recuerda al jugador en Relevo: “A mi me echó del Nervión él. Se lesionó y era el jugador que marcaba la diferencia. Empezamos a perder y empatar sin él”, reconoce entre risas.
“El niño era una maravilladaba gusto verlo. Ya era rápido, con buen regate… y con gol, que es lo que te hace distinto”, cuenta Alberto a la vez que reconoce que “no tenía el físico que tiene ahora”. En el momento de preguntarle por el ‘Jesús Rodríguez persona’, se deshace en elogios: “Cuando lo conocí parecía introvertido, pero nada de eso. Incluso lesionado estuvo involucrado con todos. Siempre digo que tiene la picaresca de un niño de barrio, pero la bondad de uno de pueblo. Es un tío encantador, y también la familia hace mucho. Los padres son para comérselos”.
De hecho, sus propios padres le demostraron a Alberto que su hijo llegaría lejos en la vida -no obligatoriamente en el fútbol- con un detalle. Ocurrió cuando aún estaba bajo sus órdenes, en el Nervión: “Su padre se reunió conmigo y me dijo si podía hablar con Jesús para que espabilara en los estudiosque estaba regular en ese momento. Ha sido mi única charla seria con ély eso que sigo manteniendo el contacto”, recuerda con una sonrisa.
Y es que Jesús Rodríguez dejó huella en Alberto y el Nervión. Tanto a nivel futbolístico como personal, sobre todo en el vestuario, donde no nació ningún tipo de malestar por sus pasos avanzados: “Cuando estaba conmigo ya empezó a entrenar con el Betis algunos días. Era normal, era muy bueno ya. Y sus compañeros se lo tomaron bien porque lo entendían. Si no iba él, ¿Quién iba a ir? Además él era muy buen tío con todos, seguía muy involucrado”.
Uno de los partidos más especiales para Jesús Rodríguez fue en el mismo campo donde años atrás le cortaron las alas: el del Sevilla. El Nervión de Alberto logró vencer a los nervionenses a domicilio, todo un logro para cualquier equipo que visite la ciudad deportiva en esas condiciones. Un día en el que remó como nadie: “Ganamos 0-1 con un gol de él a los quince minutos de empezar. Pero luego hicimos un planteamiento ‘cholista’ y defendió como el que más. Y eso que no era lo que mejor le venía a él, pero así es Jesús”.
Y todo eso demostró Jesús desde el primer día que llegó a la cantera del Betis. Firmó en su primer año juvenil. La pasada temporada acumulaba entrenamientos con el División de Honor, el primer filial e, incluso, se puso a las órdenes de Manuel Pellegrinipero su debut no llegó finalmente. Sin embargo, ahora le ha llegado su momento. Después de coronarse como campeón de Europa con España sub-19 en verano, el joven extremo aprovechó la oportunidad que le dio el chileno en Copa del Rey, dejándole a placer un gol a Vítor Roque tras un gran control. El brasileño se lo agradeció en la celebración… y en ese momento recobró sentido todo el esfuerzo y el sacrificio que hizo desde pequeño. Un sueño cumplido. Con la mente en el cielo, junto a su abuelo. Un fiel bético.
Además, más allá de ser una de las mayores perlas de la cantera del Betis, Jesús Rodríguez tiene unas características que necesita Manuel Pellegrini. Antes de lesionarse con el filial, hace algo más de un mes, el chileno lo llamó para un entrenamiento y su desborde por banda derecha -lo sitúa ahí porque es donde más falta le hace, por eso debutó en esa posición- sorprendió y convenció a todos. Su personalidad es fuerte, algo que también le gusta al técnico. El tiempo dirá si termina teniendo más continuidad esta temporada en el primer equipo, pero en la entidad heliopolitana lo tienen claro: tienen a una verdadera joya en sus filas.