26 de octubre de 2024 (modificado a las 23:52) – MADRID (ESPAÑA)
Y al final estallaron los nervios. Nada grave, pero está claro que la derrota del Madrid por 4-0 ante el Barcelona en el Bernabéu calentó el ambiente: algunos lo celebraron dramáticamente, a otros no les gustó.
fiesta invasiva
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El detonante de la tensión llegó en el minuto 84, cuando un globo de Raphinha cerró el Clásico con el 4-0. El banquillo blaugrana se volvió loco y en un momento dado Hansi Flick tuvo que contener a su segundo, Marcus Sorg, que discutía abiertamente con el banquillo contrario. La afición madridista, encabezada por Carlo Ancelotti, se quejó porque los culés durante las celebraciones abandonaron su zona técnica e invadieron la del equipo local.
el dedo
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Flick también era bueno como bombero, pero en el pitido final Ancelotti lo abordó con el dedo índice claramente visible y moviéndose de izquierda a derecha en señal de no. “No se puede hacer”, dijo Carletto. El alemán no pestañeó, se mostró conciliador y ahí se acabó.
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las reacciones
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Este es el comentario de Ancelotti: “Algo pasó no con Flick sino con su asistente, que no fue un caballero cuando celebró delante de nuestro banquillo. Hablé de ello con Flick y estuvo de acuerdo”. Es cierto que estas son las palabras del alemán: “Hubo un pequeño problema en la celebración, pero es normal, nada importante: ya tenemos edad para hablar de ello”.
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