El mercado automovilístico francés está atravesando un año 2024 especialmente difícil. Por quinto mes consecutivo, las matriculaciones de automóviles nuevos siguen disminuyendo, cayendo un 11,07% en septiembre en comparación con el mismo período del año pasado, según cifras de la Plataforma del Automóvil (PFA). Un descenso que pesa mucho sobre los fabricantes nacionales, en particular Stellantis y Renault, ya debilitados por las crisis de los últimos años.
Los fabricantes franceses están pasando apuros
Con sólo 139.004 vehículos nuevos matriculados en septiembre de 2024, el mercado francés muestra un desempeño aún más débil que el de septiembre de 2022, un período marcado por una escasez masiva de chips electrónicos. Stellantis, el primer grupo francés, se ve especialmente afectado con una vertiginosa caída del 17,52% en sus ventas, conservando sólo el 25,9% de cuota de mercado. Renault tampoco escapa a esta tendencia negativa y registra una caída del 14,27%, con importantes dificultades para su marca Dacia, que se desploma un 31,51%.
Citroën, la marca emblemática del grupo Stellantis, registró una dramática caída del 29,86%, mientras que Fiat sufrió una caída aún más alarmante del 44,44%. Sólo la marca Peugeot limita los daños, con una reducción más moderada del 1,76%. Por el lado de Renault, si la marca del diamante cae un 4,38%, Dacia sigue siendo el eslabón débil del grupo con actuaciones en caída libre.
Un mercado bajo presión
En el acumulado de los nueve primeros meses del año se matricularon 1.265.905 vehículos, un descenso del 1,76% respecto a 2023. Esta cifra es tanto más preocupante cuanto que los analistas coinciden en que las perspectivas para los próximos meses no son mejores. Julien Billon, director general de AAA Data, precisa que “la lectura del mercado se ve perturbada por los efectos de base de 2023, inducidos por el bono medioambiental y el arrendamiento social, pero la tendencia sigue siendo profundamente negativa”.
Además de los turismos, también los vehículos comerciales ligeros registraron un descenso significativo. Con sólo 27.934 matriculaciones en septiembre, este segmento cayó un 15,20% respecto al año pasado, acentuando la atonía del sector.
Marcas extranjeras van contra la corriente
Sin embargo, este panorama no es del todo sombrío. Algunas marcas importadas logran tener buenos resultados en este difícil contexto. Volkswagen registró un crecimiento del 4,3%, ayudado por la diversificación de sus modelos, mientras que BMW vio aumentar sus ventas un 10,93%. El verdadero ganador sigue siendo Toyota, que se beneficia del auge de los coches híbridos con un impresionante aumento del 19,2% en sus matriculaciones. Este comportamiento contrasta con la caída del mercado en general y demuestra que los fabricantes que apuestan por tecnologías alternativas como los híbridos están consiguiendo resistir.
Un horizonte incierto
A pesar de estos pocos resultados alentadores de las marcas extranjeras, las perspectivas siguen siendo sombrías para los fabricantes franceses. Con una caída del 11,4% en los pedidos en agosto y una disminución de las entregas, el final de 2024 no parece prometedor. Ni siquiera las jornadas de puertas abiertas y las campañas comerciales de los principales fabricantes parecen ser suficientes para invertir la tendencia.
Mientras el mercado automovilístico francés sigue coqueteando con sus niveles más bajos desde 2021, se acumulan incertidumbres para el futuro. Como señala AAA Data, “desde 2020, el mercado ha luchado por volver a un nivel sostenible, con una caída anual de alrededor de 550.000 vehículos respecto a años anteriores”. Sin duda, los fabricantes tendrán que redoblar sus esfuerzos para salir de esta espiral negativa y tranquilizar a los consumidores en un clima económico que sigue siendo incierto.
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