Max Verstappen admitió sentirse abrumado por la ira tras una sesión de clasificación fallida en el Gran Premio de Sao Paulo.
El holandés, inicialmente 12º en la parrilla, quedó relegado al 17º puesto debido a una penalización por exceder su asignación de motor, tras la instalación de una nueva unidad de potencia en su Red Bull.
El piloto de Red Bull no pudo completar su última vuelta rápida, ya que se ondeó la bandera roja tras un accidente en la pista. El bátavo señaló entonces que otros pilotos como Lando Norris, su rival en el Campeonato, habían terminado su turno.
La frustración de Verstappen se vio exacerbada por la pole position conseguida por su rival por el título, Lando Norris. “Quería destruir todo en mi habitación.”, confió. Al final, fue la intervención de su padre, Jos Verstappen, la que ayudó a aliviar la tensión.
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“Estaba muy molesto por la clasificación.”, dijo Verstappen en el podcast Talking Bull. “Quería destruir mi habitación, pero entré y mi papá estaba sentado allí.“
Cuando se le preguntó si su padre alguna vez le había destruido la habitación, Verstappen respondió: “No, él era el que estaba tranquilo. Estaba muy tranquilo. Estaba tan enojada y lo vi tan tranquilo, me calmó.”, dijo el cuatro veces campeón del mundo de F1.
“Empiezas P17, tu principal rival sale primero, lo que puede cambiar una gran cantidad de puntos a estas alturas del campeonato. Entonces todos estaban nerviosos”.
“Pero luego llovió. Salté al auto. Por supuesto que me gustan estas condiciones, me gusta mojado, pero nunca sabes lo que va a pasar o lo que puede pasar porque al mismo tiempo te pueden sacar o salirte de la pista, incluso porque es muy difícil”.
“Pero tan pronto como empezó la carrera fue buena. Fue agradable. Realmente lo disfruté. Me sentí bien. Paso a paso volví”, concluyó el cuatro veces campeón del mundo de F1.
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