El presidente electo Donald Trump dijo durante la campaña electoral estadounidense que necesitaba unos 15 minutos para resolver la disputa entre el PGA Tour y los inversores sauditas del LIV Tour. Comenzó sus esfuerzos jugando una ronda de golf de cuatro horas con el comisionado de la PGA, Jay Monahan.
El Washington Post informó que Monahan aceptó una invitación de Trump para jugar una ronda en el Trump International Golf Club en West Palm Beach, Florida, el viernes pasado.
El PGA Tour confirmó la información en un comunicado de prensa.
“El presidente electo Trump siempre ha sido un firme partidario del golf, y el comisionado Monahan tuvo el honor de recibir una invitación para jugar en Trump International”, se lee en un comunicado de prensa. El presidente electo y el comisionado comparten una pasión común por el golf y el comisionado disfrutó su tiempo con él”.
Al día siguiente, Trump asistió a la gala de UFC en el Madison Square Garden de Nueva York con Elon Musk y Yasir Al-Rumayyan, el gobernador del Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudita, que apoya financieramente al circuito rival LIV en el origen de la disputa en el mundo del golf.
Monahan y Al-Rumayyan jugaron juntos en Escocia el mes pasado, en un torneo del Tour Europeo.
El PGA Tour no ha revelado el contenido de las discusiones y Monahan no ha compartido esta información con los golfistas estrella de la PGA para garantizar que las discusiones sigan siendo privadas.
La PGA y la FIP anunciaron un acuerdo el 6 de junio de 2023 que permitiría a los saudíes invertir en un nuevo proyecto comercial liderado por el PGA Tour. Este anuncio fue examinado detenidamente por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y, aunque se ha fijado como fecha límite el 31 de diciembre, las negociaciones aún continúan.
Mientras tanto, el PGA Tour ha llegado a un acuerdo con un consorcio de propietarios de equipos deportivos, el Strategic Sports Group, que ha invertido 1.500 millones de dólares en PGA Tour Enterprises. En última instancia, esta suma podría ascender a 3.000 millones de dólares.
A pesar de ello, el mundo del golf sigue destrozado. El PGA Tour ha seguido excluyendo de sus torneos a los jugadores del LIV Tour, incluidos el campeón del Abierto de Estados Unidos, Bryson DeChambeau, Brooks Koepka y Jon Rahm, entre otros.
Por tanto, los mejores golfistas del planeta sólo pueden competir cuatro veces por temporada, en los grandes torneos.
