La leyenda Jack Nicklaus impulsó la apuesta de Montreal

Con un trabajo impecable y estratégico tras bastidores, el equipo que está detrás de la candidatura del Royal Montreal orquestó un gran golpe al incorporar a la leyenda del golf Jack Nicklaus. Fue el 18 veces campeón de Grand Slam quien ensalzó los méritos del club de Montreal y asestó un duro golpe a las candidaturas asiáticas.

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En uno de los numerosos vídeos que se mostraron durante la presentación oficial de candidaturas en las oficinas del PGA Tour en Ponte Vedra Beach, Nicklaus recordó el memorable éxito de 2007 y la rica historia del club de golf más antiguo de Norteamérica. El comité organizador había decidido entonces poner la guinda al pastel con el testimonio de este gigante del deporte, relata Michael Richards, uno de los grandes artífices del regreso de este torneo, frotándose las manos.

La edición de 2007 es una de las mejores de la historia, afirman muchos observadores, aunque sólo hay que pensar en unos pocos momentos destacados, incluido este espectacular partido entre Tiger Woods y Mike Weir.

Encima de la pila

Neil Macrae cree que esta presentación y el mensaje del Oso Dorado ponen la candidatura de Montreal en la cima.

“Todavía era una apuesta arriesgada, pero teníamos una base sólida. Siempre creí que el circuito quería quedarse en Estados Unidos por cuestiones logísticas y de promoción del deporte. Este punto es una de nuestras principales misiones”.

Varios factores también jugaron a favor de Montreal. Entre 2011 y 2019, Australia, en dos ocasiones (2011 y 2019), y Corea del Sur acogieron al equipo internacional. El regreso a América del Norte es necesario, en particular por los derechos de transmisión en horario de máxima audiencia y por la importante logística.

Según el relato de los dos cerebros implicados en el proyecto, la candidatura de Montreal cumplía todos los criterios del circuito, con excepción de uno: una estimación de los ingresos totales.

Desafío alcanzable

Sin embargo, con la colaboración del circuito, pudieron trabajar en ello afinando las estrategias comerciales y diversificando la oferta de acogida para los espectadores. El Gran Premio de Canadá de Fórmula 1 fue, de hecho, un buen ejemplo para adaptarlo a sus objetivos.

“No nos preocupaba la infraestructura para la hospitalidad”, recuerda Macrae, que recorrió el recorrido azul en pleno invierno para identificar los mejores lugares. “Teníamos el espacio para construirlos y generar los ingresos”.

A medida que las versiones del torneo fueron creciendo en tamaño con el paso de los años, los organizadores del Royal Montreal aún estaban lejos de sospechar la gigantesca bestia que se instalaría en su propiedad seis años después.

Fruto de muchos años de trabajo y esperanza, tanto el señor Richards como el señor Macrae esperan que la Madre Naturaleza colabore para que el Royal Montreal muestre al mundo sus sublimes y vibrantes colores otoñales.

Y la suerte acompaña para conseguir la primera victoria del equipo internacional en 26 años.