Testifican tres ex empleados de las guarderías privadas Babilou

Testifican tres ex empleados de las guarderías privadas Babilou
Testifican tres ex empleados de las guarderías privadas Babilou
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Con su libro de investigación “Los ogros”, Víctor Castanet ha reabierto la caja de Pandora en materia de escándalos en las guarderías privadas. Sólo que, según el periodista, las guarderías Babilou no forman parte de la oveja negra. En realidad ? Esta no es la opinión de los empleados del grupo en Burdeos, que han trabajado en los establecimientos Albert-I.es y Mériadeck. Decidieron declarar, tras constatar disfunciones en serie. Hasta el disgusto, la huelga, la resignación.

Primera observación: la recurrente falta de personal y, por el contrario, establecimientos “overbooked” que, al final, presentan situaciones críticas que gestionar. “Cuando somos dos cuidando a 12 bebés, no es raro encontrarse sola. Imposible, entonces, acostar a un niño exhausto en el dormitorio. Entonces, qué pena, duerme en medio del ruido. »¿Un deseo apremiante? Caroline recuerda haber tenido que “arreglarse” en los baños infantiles, en medio de la sección…

Y eso todavía no es nada comparado con otras escenas. Como en Mériadeck, donde Marianne descubre que su colega está alimentando a los doce pequeños sentados en el suelo en fila contra la pared. Más rápido.

Evidentemente, esta falta de armas y el agotamiento no están exentos de repercusiones para los niños. “Es difícil que dos personas tengan ojos en todas partes para gestionar a los 15 niños ‘medio’, de 1 a 2 años, que, al no saber hablar, tienden a expresarse mediante gestos. » Como resultado, se golpearon todo el día. Peor aún, Marianne revela que uno de los niños “que potencialmente padecía problemas de conducta fue encontrado por un padre en los bulevares: cuando tenía dos años y medio, se había escapado de la guardería”.

“Niños confinados todo el año entre cuatro paredes, sin ver jamás la luz del día”

Horas extras (no remuneradas)

Sin llegar a estos casos extremos, en el día a día se trata de “bebés angustiados que son abandonados a llorar en el suelo, por falta de brazos, aunque la neurociencia ha demostrado que la falta de respuesta y de cuidados daña el cerebro”. Es desgarrador”, dice Caroline. También se trata de empleados descontentos que trabajan “en contra de sus valores” y se desmoronan por la noche. “Es un abuso leve, pero no debería existir”, respira Céline.

Así, para compensar esta falta de personal, las chicas trabajan horas extras (no remuneradas) y vienen a trabajar incluso cuando están enfermas, por solidaridad y para ahorrarse días de espera: “Con salarios de 1.300 euros, con baja por enfermedad, nos quedamos con menos de 1.000 euros”, subraya Marianne.

“El PMI vino a visitarnos pero la inspección fue anunciada, por lo que el análisis está necesariamente sesgado”

Hormigas, ratas, humedad.

Los ex empleados de Babilou denuncian también “infestaciones de hormigas”, humedad, presencia de “ratas” y ausencia de exterior, con “niños separados durante todo el año entre cuatro paredes, sin ver nunca la luz del día”. No hay suficiente número para organizar salidas al aire libre, ni equipo de diversión, ni presupuesto para equiparse. Hasta el punto de que los propios empleados financian la compra de juguetes.


“En las paredes había moho que Babilou nos había pedido que escondiéramos con los muebles de los padres”, dice Caroline

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“Teníamos tres calefactores como este que hacían un ruido enorme. Los encendimos en la residencia antes de traer a los niños”, dice Caroline.

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Evidentemente, dieron la voz de alarma. Alertó sus direcciones. “El PMI [Protection maternelle et infantile, NDLR] vino a visitarnos, pero la inspección fue anunciada por lo que el análisis es necesariamente sesgado”, lamentan. Y nada mejora. Incluso acaban haciendo huelga, lo que obliga a la guardería Albert-Ies cerrar por una semana. Los padres entonces empezaron a comprender la situación, formaron un colectivo y alertaron a sus empresas, ya que las cunas dependen de un convenio de empresa. “El ayuntamiento nos ofreció una plaza en otra guardería”, confiesa aliviado Jules, un padre. Inmediatamente vi la diferencia, aunque sólo fuera en términos de propuestas educativas. » Las chicas dimitieron. Ya no trabajan en la guardería. Disgustado. “No recomendaría a ninguna de mis amigas que llevara a sus hijos a una guardería”, concluye Caroline. Es horrible, porque era mi vocación…”

“La situación ya está estabilizada”, asegura Babilou

Interrogada, la dirección de Babilou respondió a través de su asesor de comunicación: “Efectivamente, hemos atravesado períodos difíciles, debido en particular a dificultades muy graves de contratación en toda la región de Burdeos. Estos problemas, especialmente acusados ​​en los puestos directivos, provocaron varios meses de inestabilidad que pesaron sobre los equipos y las familias. » La dirección precisa que “estos casos aislados no reflejan en modo alguno un problema sistémico en las prácticas de Babilou”. Y añadir que estos hechos “se remontan al año 2023”. “Se han puesto en marcha planes de acción específicos. La situación ahora se ha estabilizado y se ha restablecido la confianza con los padres. »

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