“La guerra nunca ha dejado de estar ahí”, afirma el general Lecointre

“La guerra nunca ha dejado de estar ahí”, afirma el general Lecointre
“La guerra nunca ha dejado de estar ahí”, afirma el general Lecointre
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“En Europa había una especie de arrogancia, en el rechazo a considerar que la guerra era una posibilidad”, analiza el ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Una arrogancia unida a la “ignorancia”. “Esta ignorancia no era deliberada”, reconoce, pero “estableció una distancia muy importante entre la sociedad y su ejército”. Una distancia que este último lamenta. Para el general Lecointre, hay un “desarme moral de nuestra sociedad”, vinculado a una “pérdida de conciencia de esta violencia que existía en el mundo y que todavía existe”, una violencia “que también existe en los corazones de los hombres”. Las fuertes reacciones cuando Emmanuel Macron planteó la posibilidad de enviar tropas a suelo ucraniano dan testimonio de esta “pérdida de conciencia”. Este anuncio tuvo el efecto de un “brutal despertar” y provocó “terror” entre los ciudadanos: “¿Cómo que la guerra sigue aquí?”. Pues “sí”, responde el ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. “La guerra nunca ha dejado de estar aquí”.

“La acción militar no puede ser clandestina”

Se podría pensar que la “ignorancia” sobre el ejército está justificada, que aquel apodado “el gran mudo” debe trabajar en la sombra para garantizar la seguridad de los ciudadanos. El general Lecointre piensa todo lo contrario, “la clandestinidad es lo peor”, afirma. Como “el compromiso de los ejércitos compromete la responsabilidad de los ciudadanos”, nadie debería ignorarlo. Sin embargo, el ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas observa una especie de rechazo. Un rechazo a la guerra y, por extensión, un rechazo al ejército. Recuerda que, al regresar de una misión en Costa de Marfil, había pedido a sus soldados que fueran a ver a los profesores de la escuela de sus hijos y les propusieran intervenir en las clases a partir de una exposición fotográfica que habían preparado. La idea era ir a explicar su acción durante esos cinco meses y medio en Costa de Marfil. Ningún profesor aceptó reunirse con ellos. Y, sin embargo, comunicar las acciones del ejército, explicar su papel en las escuelas secundarias, preparatorias y universidades, es esencial para tratar de hacer entender a la gente “lo que podría valer la pena para ti como para ir a matar arriesgando tu vida”.

Se trata de la orden más dura que un político puede dar al ejército. Para que los militares la respeten, deben ver en ella un “sentido”. Esta “cuestión del sentido” es esencial y “se remonta a la política”, afirma François Lecointre. El ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas explica que “es absolutamente necesario que el jefe militar que se encuentra en esa articulación entre la política y lo militar haga todo lo posible para que el compromiso sea lo más legítimo posible y que sea lo mejor comprendido posible por los militares”, de modo que no haya ningún “obstáculo ético a la ejecución de la orden” dada. El general subraya el carácter “indispensable” de la relación entre el jefe del Estado Mayor del Ejército y el presidente de la República para “el buen funcionamiento de la Quinta República”. “Una relación de gran proximidad”, pero también “una relación de confrontación, de confianza”.

El espectáculo completo está disponible en repetición.

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