En este nuevo episodio de “Los destinos Incroyables”, Catherine Unac nos cuenta la asombrosa vida de Charles Aznavour en los Alpilles, lejos de los escenarios.
La propiedad de estilo provenzal era grande pero no ostentosa. Sin embargo, contenía “un “tesoro invaluable”como le gustaba decir a Charles Aznavour. Un olivar bicentenario de 600 pies al que llamó Los Jardines de Ereván, en homenaje a sus raíces armenias.
Aquí, durante veintisiete años, el artista con 180 millones de discos vendidos vivió como un ciudadano pleno y produjo con pasión entre 300 y 500 litros de aceite de oliva excepcional cada año.
En el corazón de los Alpilles, el cantante llevó otra vida tan sencilla como discreta, lejos del mundo del espectáculo y del brillo, sorprendiéndose a veces por ser fiel durante tanto tiempo a esta tierra de Provenza, él el exiliado, el nómada incansable.
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