En su libro “Worker Punk”, Didier Wampas recuerda una vida marcada por una doble identidad: la de un artista punk en el escenario y la de un electricista en la RATP. Una trayectoria atípica donde la pasión musical y la realidad profesional se entrelazan desde hace tres décadas.
El título del libro de Didier Wampas, The Working Punk, refleja perfectamente quién es él: “Yo era punk y trabajador al mismo tiempo”. Un viaje que tomó forma gracias al azar. Después de graduarse en ingeniería eléctrica, Didier Wampas trabajó durante un año en una fábrica antes de incorporarse a la RATP como electricista. Al mismo tiempo, vivía su sueño musical, tocando en bares, okupas y produciendo discos 45 sin mucho dinero: “Al principio no ganábamos dinero. Hicimos giras en bares. La música no aportaba nada, así que tuvimos que trabajar duro. Pero cuando entendí cómo funcionaba el mundo del espectáculo, no quise ‘entrar allí’..
Malabarismo entre trabajo y pasión
Durante treinta años, Didier Wampas concilia sus dos vidas, haciendo malabarismos entre sus horarios en la RATP y sus ensayos o conciertos: “Trabajaba tres turnos. Cuando trabajaba por la tarde, ensayaba por la mañana, y viceversa. Para los conciertos, hacía arreglos: licencias, sin sueldo, intercambios con compañeros”.
Esta organización le permitió permanecer fiel a su libertad artística y a su rechazo a los compromisos del mundo del espectáculo: “Para mí, el punk era libertad total. Haz la música que quieras, piensa como quieras, sé diferente. Eso era el punk”..
Una vocación musical inesperada
Sin embargo, la música no parecía obvia en su juventud. Creció en una pequeña familia de músicos y fue a los diez años cuando sufrió su primera sorpresa: “Escuché ‘Who Will Know’ de Mike Brant. Me impactó. Antes de eso, la música no hacía nada por mí. Pero ese día, me conmovió”.
Su camino artístico, sin embargo, no estaba nada definido. Como adolescente solitario, encontró en el punk una pertenencia que le faltaba: “No tenía amigos, no jugaba al fútbol, no me sentía bien conmigo mismo. Pertenecer a un grupo era muy importante para mí”.
Rechazo del mundo del espectáculo y amor por los pequeños escenarios.
A pesar de éxitos como Little Girl o su canción sobre Manu Chao, Didier Wampas siempre ha preferido las salas pequeñas y la intimidad de los cafés de concierto:
“Las grandes giras no son lo mío. Es demasiado impersonal, estamos demasiado lejos de la gente”..
Recorriendo su recorrido en el “worker punk”, Didier Wampas quiere sobre todo inspirar: “Quiero mostrarles a los niños, a todos, que es posible vivir la vida, hacer lo que uno quiera. Mi viaje es un sueño despierto y me niego a creer que no sea cierto”..
Didier Wampas cantante Música
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