El actor francés Niels Arestrup falleció este domingo a los 75 años en su casa de Ville-d’Avray, a las afueras de París. Esta figura del teatro y del cine ha sido premiada a lo largo de su carrera con varios César y un Molière.
“Me entristece enormemente anunciar el fallecimiento de mi marido, el inmenso actor Niels Arestrup, tras una valiente lucha contra la enfermedad. Falleció rodeado del amor de su familia”, escribió su esposa, Isabelle Le Nouvel, en un comunicado de prensa.
Alejado de una celebridad que adquirió en una etapa avanzada de su vida, Niels Arestrup obtuvo sus dos primeros César al mejor papel secundario por las actuaciones ante la cámara del mismo director, Jacques Audiard, por «El latido de mi corazón se detuvo» (2005) y “Un profeta” (2009).
En 2016, también interpretó uno de los papeles principales en la serie de ficción política “Black Baron”, donde solo aceptó actuar en la primera temporada. “Me niego a interpretar un personaje recurrente, a embarcarme durante dos o tres años en un papel que acaba pegándote”, explicó a Le Monde en 2019.
“Presencia magnética”
“Quedamos deslumbrados por la fuerza de su interpretación y su presencia magnética frente a la cámara de Jacques Audiard, Bertrand Tavernier, Julian Schnabel y Albert Dupontel. Seguirá siendo uno de nuestros mayores actores”, escribió la ministra de Cultura, Rachida Dati, en la plataforma X.
El actor debe su nombre a un padre danés que intentó emigrar a Estados Unidos pero se detuvo en Francia para casarse. Este padre sólo le hablaba francés, en un ambiente muy modesto de la región de París. “Se pueden imaginar que, como hijo de un trabajador de Bagnolet en los años 50, el espectáculo, el teatro, el cine, era algo que no entraba en absoluto en mis pensamientos”, dijo a Le Figaro en 2021.
Pero se apasionó por el teatro tomando lecciones de la actriz Tania Balachova. Se mantuvo fiel al escenario durante casi medio siglo y rechazó en gran medida la celebridad. “Cuando comencé en la profesión, los directores de teatro elegían una obra y luego se planteaban la cuestión de la distribución. Ahora es todo lo contrario: buscamos una estrella y, sólo entonces, la pieza que pueda acompañarla”, lamentó en Le Monde.
De 1989 a 1993, él mismo se hizo cargo de un teatro, el del Renacimiento de París. Entre todos sus papeles, personajes más bien oscuros e inquietantes, el último en el cine fue el de director de orquesta en “Divertimento” en 2023. En 2014 le fue concedido un tercer y último César al mejor papel secundario por su encarnación de un jefe de personal en el “Quai d’Orsay”. Había agradecido a Bertrand Tavernier este “papel un poco diferente del que [lui] Generalmente sugería algo casi divertido.
Su carrera, marcada también por la obtención del Molière al mejor actor en 2020, también se vio empañada por acusaciones de violencia contra actrices durante rodajes o ensayos, entre otras por parte de Isabelle Adjani o Myriam Boyer. “Se me pega a la piel”, admitió en una entrevista para Libération en 2007. Nunca fue objeto de denuncia. Con su esposa, tuvo gemelos nacidos en 2012.
ETA
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