Lo prometido. Desde su salida del centro de detención preventiva de Rouen (Sena Marítimo) el 31 de octubre, la estrella de Internet con millones de suscriptores ha ido menguando. La madre de 24 años, todavía acusada de “intento de extorsión por parte de una banda organizada” y “conspiración criminal”, pero ahora puesta bajo supervisión judicial, está intentando con todas sus fuerzas recuperar su vida. O más bien reconstruirlo con sus hijos en el Valle del Loira, lejos de su antiguo hogar en Dubai y de las redes sociales. La habitual de los enfrentamientos y los rumores, que se hizo famosa por haber narrado sin filtros su vida cotidiana en TikTok o Snapchat, ya no ha publicado una historia. Ni siquiera una foto de su vientre redondeado, unos días antes de su parto. Hay que decir que después de cuatro meses de prisión preventiva, Poupette Kenza no ha terminado con la justicia.
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