Así, Philippe Bond “anuncia su regreso”.
Acosado por acusaciones de conducta sexual inapropiada por parte de ocho mujeres en 2022, regresa con un podcast que se titulará El viento en tu cara.
¿Me preguntas qué pienso? ¿Me preguntas si Bond tiene “derecho a regresar al espacio público”?
Vuelva a leer mis columnas de los últimos 11 años. Mi opinión sobre la “presunción de inocencia” versus el “tribunal popular” no ha cambiado.
Y antes de que piensen que estoy “defendiendo” a Philippe Bond, recuerden que no estoy defendiendo a individuos: estoy defendiendo principios.
¿QUÉ JUSTICIA?
Julio de 2022. La prensa revela que “el espectro de conductas acusadas de Philippe Bond, de 43 años, es amplio. Implica comentarios sexuales inapropiados, tocamientos no deseados, besos forzados, felación forzada en un baño de mujeres y relaciones sexuales sin consentimiento.
¿Recuerda lo que dijo entonces el primer ministro François Legault? “Esto es muy preocupante, invito a todas las víctimas a denunciar, […] no tiene lugar en nuestra sociedad en 2022”.
Sin embargo, desde 2022 no se han presentado cargos penales contra Philippe Bond. Como vivimos en un estado de derecho, cualquier individuo objeto de acusaciones (que no deben confundirse con acusaciones) tiene derecho a una investigación policial adecuada si, y sólo si, los denunciantes presentan una denuncia. Entonces tiene derecho a un juicio justo si, y sólo si, la DPCP presenta cargos formales.
A falta de juicio y veredicto, no puedo decirle si un individuo
Volviendo a Philippe Bond, hace un podcast al que debes suscribirte. Si quieres escucharlo te suscribes. En caso contrario, pasas tu turno y ¡listo! No más complicado que eso. No estamos hablando aquí de una emisora de radio/TV o de un festival que le impondría un carácter “problemático”.
El problema con toda la charla sobre personas “canceladas” que regresan es que se confunde.
Metimos en la misma canasta a quienes enfrentaron a la justicia y a quienes enfrentaron al tribunal popular. Ponemos en el mismo nivel de gravedad a quienes habrían metido su pene en una cerveza y a quienes habrían metido su pene en el ano de una mujer.
Y cuando mezclamos todo, no hacemos justicia. Ni las víctimas.
UN MUNDO BINARIO
Sin embargo, hay algo que me molesta cuando Philippe Bond escribe: “No debo nada a los medios ni a quienes no les agrado. Sin embargo, debo (sic) y vuelvo por los que me aman”.
Qué manera más divertida de dividir el mundo entre los que les gusta y los que no. Como si la razón por la que los periodistas investigaron su caso fuera simplemente porque “no les agrada”. Como si los productores cancelaran sus shows solo porque “no les agrada”.
Uno hubiera esperado que Bond hubiera utilizado los últimos dos años para un pensamiento un poco más sofisticado que el de un niño de 8 años que separa el mundo en finales y pasos finos.
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