Julie Houle, tubaista | El gusto por el escenario

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Originaria del pueblo de Saint-Célestin, en Centre-du-Québec, Julie Houle no estaba interesada en las lecciones de piano que le habían dado sus padres. Pero en sexto grado, cuando se unió a una banda de primaria creada por una pareja local, tomó el trombón y “se enamoró” de los instrumentos de metal.

Quiso la suerte que, cuando ingresó en la escuela secundaria en 1994 en la escuela La Découverte de Saint-Léonard d’Aston, se acababa de crear un programa de estudios musicales. Allí conoce la tuba, que se convertirá en “su” instrumento.

“Toqué la tuba y el trombón durante cinco años”, dice Julie, que toca música de banda de música y música contemporánea en numerosos conjuntos, y que ha acompañado en el escenario tanto al payaso Jamie Atkins como a Émile Proulx. Cloutier, y que incluso lanzó dos álbumes bajo el nombre de Dju.

¿Habría seguido la música en su vida si no hubiera tenido acceso a este programa en la escuela secundaria? Ella piensa un poco. “Probablemente no, porque no habría tuba. Pensé en dedicarme al trabajo social, y fue cuando me di cuenta de que ya no podía tocar que decidí matricularme en música en el CEGEP de Drummondville. »

La músico, que continuó sus estudios de interpretación clásica en la UQAM, está convencida de que fue porque el programa era pegadizo y dinámico que le tomó el gusto por el escenario.

Hicimos espectáculos frente al público, teatro, tocamos en concursos, en el Festival de Jazz. Haberme nutrido de un programa tan fantástico y de profesores tan apasionados significaba que no quería perder eso en mi vida.

Julie Houle

Julie Houle también enseña tuba y bombardino como especialista en escuelas donde se ofrecen concentraciones musicales. Y señala que, aunque los tiempos han cambiado, la música tiene hoy en los jóvenes el mismo efecto que en su época.

“No lo digo porque sea músico: los veo, los beneficios, para la disciplina, el desarrollo neurológico. Y hablamos del sentimiento de pertenencia entre los adolescentes… La música une a las personas. Es un placer jugar juntos. Si vas a un campamento de música cuando eres joven, nunca olvidarás esos momentos, tengas o no una carrera. »

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