mis prioridades para la reanudación del 79º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Por

mis prioridades para la reanudación del 79º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Por
mis prioridades para la reanudación del 79º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Por
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Al entrar en 2025, el mundo se encuentra en un punto de inflexión: podemos aceptar la inevitabilidad de las crisis –ya sean conflictos, pobreza, hambre o emergencia climática– o tomar medidas audaces para alejarnos del precipicio y trazar, juntos, un futuro más prometedor.

Como Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, me comprometo a adoptar un enfoque proactivo y decidido. De hecho, la comunidad internacional recurre continuamente a las Naciones Unidas, y más particularmente a la Asamblea General –que representa las aspiraciones de los 193 Estados Miembros y los 8 mil millones de seres humanos que pueblan nuestro planeta– para identificar soluciones. a nuestros desafíos comunes.
Es crucial fortalecer los esfuerzos para revitalizar la Asamblea General y asegurar su capacidad para enfrentar los complejos desafíos del siglo XXI. Esta convicción está en el centro del Pacto para el Futuro, una ambiciosa hoja de ruta que apunta a promover la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos para todos.

Aprovechando este impulso y guiado por la visión que he definido para este 79º período de sesiones – “Unidad en la diversidad, para el avance de la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana en todas partes y para todos” – estoy decidido a transformar los compromisos en acciones concretas. Con este espíritu, permítanme presentarles las prioridades que llevaré durante este período de sesiones, cada una de las cuales es parte de mi profunda convicción del papel indispensable y duradero de esta gran institución.
En primer lugar, la paz sigue siendo una prioridad absoluta. La violencia y los conflictos que actualmente asolan regiones como Palestina, Sudán y Ucrania corren el riesgo de hundir al mundo en un caos insoportable. Si no reaccionamos, podríamos revivir, durante este siglo, los horrores que marcaron la primera mitad del siglo XX.

En este contexto, la Asamblea General desempeña un papel crucial. Frente a un Consejo de Seguridad cada vez más paralizado, debe estar preparado para tomar la iniciativa. La Asamblea General debe seguir siendo una fuerza activa y complementaria en la promoción de la paz y la seguridad internacionales, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones pertinentes.
Una de mis principales prioridades será organizar un debate temático de alto nivel sobre las múltiples dimensiones de la paz y la seguridad en África, así como el futuro de las operaciones de mantenimiento de la paz. Este debate pondrá de relieve el papel decisivo que pueden desempeñar las operaciones de paz dirigidas por la Unión Africana y financiadas con contribuciones obligatorias.
Para combatir el impacto desestabilizador de las armas pequeñas y ligeras, también convocaré una reunión conjunta de la Asamblea General y el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. La circulación incontrolada de estas armas requiere una respuesta colectiva, unida y global, a fin de reducir eficazmente sus efectos devastadores.

En segundo lugar, el desarrollo sostenible requiere un nuevo impulso. A solo cinco años de la fecha límite para la elaboración de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y a pesar del decepcionante ritmo de progreso, aún queda mucho por lograr.
De hecho, debemos actuar con urgencia y determinación, teniendo al mismo tiempo una visión clara de los desafíos que debemos superar. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no son simples ambiciones; constituyen un marco global destinado a garantizar un futuro más justo, equitativo y sostenible para las generaciones actuales y futuras.

La movilización de recursos y la financiación son elementos esenciales para el éxito y son totalmente alcanzables. La Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que se celebrará en julio, así como la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, prevista para finales de este año, representan oportunidades cruciales para desbloquear la financiación, fortalecer la gobernanza financiera y acelerar la implementación. implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En tercer lugar, la promoción de los derechos humanos y la dignidad humana debe estar en el centro de todos nuestros esfuerzos. La Asamblea General debe dar máxima prioridad a los derechos humanos en todo su programa. Estos derechos –todos los derechos humanos– son inalienables y deben ser protegidos para todos, en todas partes, incluso en tiempos de conflicto.
En enero de 2025 lanzaré una iniciativa específica para resaltar la urgencia de defender el derecho internacional humanitario. Porque incluso en la guerra existen reglas, y la impunidad por las violaciones debe terminar.
A medida que nos acercamos al 30º aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, queda claro que los avances en materia de igualdad de género siguen siendo insuficientes. Para abordar esto, restableceré el Consejo Asesor sobre Igualdad de Género, para garantizar que todas las iniciativas y prioridades se consideren desde una perspectiva de igualdad de género.

Las Naciones Unidas celebrarán este año su 80º aniversario, un hito que invita a una reflexión profunda sobre su papel perdurable en la Organización. Nacidas de las cenizas de dos guerras mundiales, las Naciones Unidas fueron concebidas como la iniciativa más audaz de la humanidad en materia de acción colectiva y cooperación global. Sin embargo, hoy, ante desafíos omnipresentes y a menudo percibidos como insuperables, debemos reconocer que la confianza en nuestra institución está disminuyendo.

Depende de nosotros contrarrestar este escepticismo con acciones decididas y concretas. Las Naciones Unidas siguen estando en una posición única para fomentar el diálogo y ofrecer soluciones duraderas. Para ello, no sólo debemos utilizar los mecanismos formales de la Organización, sino también fortalecer sus conexiones con las poblaciones a las que sirve, amplificando la diversidad de voces y perspectivas. Con este espíritu he hecho del multilingüismo una prioridad para este período de sesiones. Al garantizar que se escuchen todas las voces, independientemente del idioma, reafirmamos la universalidad de esta institución y su compromiso de encontrar soluciones inclusivas que no dejen a nadie atrás.

El camino que tenemos por delante no será fácil. Requiere unidad de propósito y compromiso inquebrantable. Sin embargo, con el Pacto para el Futuro como guía, el septuagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General nos ofrece una oportunidad de trascender las divisiones y el cinismo: una oportunidad de construir un futuro mejor para todos, eligiendo avanzar juntos.

Opinión de Philémon Yang, presidente del 79º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas

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