Por Ségolène Forgar
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hace 2 horas
En el podcast “LEGEND” de Guillaume Pley, el expresidente de la República aceptó hablar de su historia de amor con Carla Bruni. Un idilio que dura 17 años.
Se aman desde hace diecisiete años. El 13 de noviembre de 2007, Nicolas Sarkozy y Carla Bruni se conocieron en una cena organizada por el publicista Jacques Séguéla. Es Presidente de la República y recientemente divorciado de Cécilia Attias; ya ha cambiado el modelaje por el canto y no está nada entusiasmada con “este hombre de la derecha”. Contra todo pronóstico, en esta tarde de otoño se produce el amor a primera vista. Entre el inquilino del Elíseo y el artista franco-italiano todo irá muy rápido. Apenas dos meses después de su encuentro, el 2 de febrero de 2008, se dijeron “sí” en la más estricta intimidad. Y la pareja acogerá, unos años más tarde, a la pequeña Giuila, nacida el 19 de octubre de 2011.
“Nacemos después de un divorcio”
Este amor sorprenderá a más de uno. En primer lugar por su mezcla de géneros, pero también por su velocidad. Al menos tendrá el mérito de tranquilizar a una persona: la madre de Nicolas Sarkozy, Andrée Mallah. En un episodio del podcast “LEGEND” de Guillaume Pley, publicado online el 17 de noviembre, el ex jefe de Estado dice: “Mi pobre madre que murió, a quien quería mucho, me dijo: “Escucha, el amor se acabó”. Le dije: ¿Sabes cuántos años tengo? ¿Qué me estás diciendo? Pero nunca termina. Nada está nunca terminado… Porque la vida es una sucesión de renacimientos”. Lejos de dejarse derrotar, Nicolas Sarkozy hace este análisis: “Renacemos después de una enfermedad, después de un fracaso, después de un divorcio o lo que sea, después de una traición… No es porque te traicione un amigo que debes tener más amigos. Sólo porque fracasas en una historia de amor o termina no significa que tenga que terminar”.
“Todo lo que creemos frágil perdura”
Pero entonces ¿cómo dura una relación? “¿Cómo puedes mantenerlo así durante tanto tiempo y que parezca increíble?” pregunta Guillaume Pley a Nicolas Sarkozy. Respuesta del director interesado: “Todo lo que consideramos frágil perdura”. Para explicar su punto, el expresidente recurre a la siguiente metáfora: “Cuando tienes en casa un jarrón que te regaló el viejo vecino, con el que no tienes nada que ver, se puede romper en cualquier momento. Todo lo que es frágil perdura porque lo cuidamos. Todo lo que creemos cierto o establecido se rompe porque no le asignamos la intención correcta, la energía”. Visiblemente seguro de sí mismo, el ex Presidente de la República continúa la lección: “Y cuanto más frágil es, más dura. Cuanto más frágil es, más valioso es. Ése es el secreto: estar concentrado, no creer nunca que nada se puede dar por sentado. Ni en el amor, ni por salud o condición física, ni en el trabajo. (…) El secreto es éste: saber que se puede parar”.
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Nicolas Sarkozy, que ha estado casado tres veces, dice que sabe de lo que habla. Esta enseñanza, aprendió a costa suya, es incluso “fruto de una larga experiencia y de muchos fracasos”. El marido de Carla Bruni insiste: “Es contradictorio, pero la fragilidad es garantía de solidez. Porque cuando estás 100% seguro de algo, el ser humano está hecho para no darle importancia”.
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