Ha pasado el tiempo desde Elucubraciones de Antonio. En 1966, entonces un joven cantante de pelo largo, Antoine aconsejó a Yvette Horner, la estrella del acordeón, que abandonara su instrumento y se dedicara al clarinete. Pero casi seis décadas después, las cosas han cambiado. En 2024, la guerra generacional parece verdaderamente terminada. Durante una visita a Tarbes para dar una conferencia, el cantante, fiel a su imagen de siempre, vestido con su camisa de flores, se tomó un momento para para rendir homenaje a la tumba de quien, en su tiempo, hizo brillar el acordeón.
Reconocimiento eterno
Antoine confiesa que seguramente no habría habido sus desvaríos sin Yvette Horner. “Aunque me burlé de ella y de los acordeonistas, es en parte gracias a ella que esta canción existe. Ella mi eterna gratitud. En ese momento, no todos los acordeonistas acogieron tan bien mi canción, Yvette Horner nunca me lo reprochó.”
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