El resto después del anuncio.
A sus 82 años, la jubilación no es inminente para Eddy Mitchell, que publica su cuadragésimo álbum de estudio, Amigos. Figura simbólica y para la ocasión, el artista se rodeó de los mejores, desde Alain Souchon hasta Pascal Obispo pasando por Alain Chamfort y William Sheller. Pero eso no es todo ya que el hombre que se recupera de una difícil neumonía y que se vio obligado a posponer la promoción de este álbum también lanza un libro, Autobiografía (Le Cherche Midi, 2024). “No pido nada, pero me piden algo todo el tiempo. ¡Incluso locuras como ir a cantar al cumpleaños o a la boda de alguien que tiene mucho dinero! Nunca lo he hecho, no lo hago”. t ‘No lo quiero, ni siquiera por mucho dinero’explica en una entrevista con Le Parisien, este viernes 29 de noviembre.
También en esta entrevista, el cantante que descansará para siempre en una ciudad conocida en todo el mundo, habla también de los momentos más complicados de su vida y confía en su esposa, Muriel Bailleul. Los amantes llevan más de 40 años juntos y la discreta morena, madre de su hija Pamela, consiguió curarle de sus adicciones. “¡Especialmente el juego! Me mantuvo ocupado desde las cuatro de la tarde hasta las seis de la mañana. Comenzó en el casingue (el casino) y continuó con interminables juegos de póquer. El juego es una droga. Mi mujer acabó dándome un ultimátum: ‘Es el juego o yo’. Y obviamente lo preferí“, explica, antes de añadir: “Hemos estado juntos durante casi cincuenta años. En el álbum, ella escribió la letra de ‘Big Jim’, un tributo a (el escritor) Jim Harrison”.
Eddy Mitchell expulsado del casino por adicción al juego
El artista, que aún guarda rencor a Johnny Hallyday 7 años después de su desaparición, también habló de sus problemas con el juego Gala. “Perdí mucho tiempo en las mesas de juego. También me tomó más tiempo de lo esperado recogerlo, a pedido de mi esposa. que no pudo soportarlo más”recuerda, antes de admitir que no fue fácil dejar de hacerlo: “Después de haber sido expulsado de los casinos, Todavía envié a un chico allí. y decirle por teléfono: ‘Apuestas tanto, pones 500 en esto, en aquello’. El verdadero punto de inflexión fue cuando me pidieron que revocara esta prohibición para poder participar en una partida de póquer en Las Vegas. Tuve que volver a firmar otros documentos y eso estaba fuera de discusión”.