RSF demanda a la empresa del multimillonario estadounidense “por difamación, difusión de noticias falsas, daño a la representación de la persona, usurpación de identidad y complicidad en la comisión de estos dos últimos delitos”, según un comunicado publicado el miércoles por la noche.
En el origen del conflicto, un vídeo descubierto a finales de agosto “tilda fraudulentamente a la BBC” y presenta a RSF -a través de su logotipo, su carta gráfica y la imagen de uno de sus líderes- “como autor de un supuesto estudio sobre las inclinaciones nazis de los soldados ucranianos.
A mediados de septiembre, la ONG “reveló cómo el Estado ruso”, en guerra contra Ucrania, “había blanqueado esta información falsa”, transmitida principalmente a través de X y Telegram y contando en ese momento “casi medio millón de visitas”, recuerda. .
Confiando en el mecanismo establecido por “Ninguna de nuestras solicitudes tuvo como resultado la eliminación de contenidos que difamaban a nuestra organización”, afirma la ONG, que sin embargo se beneficia de una “cuenta premium” (de pago) en X.
Fugas de medios
Paralelamente a su denuncia en Francia, RSF también “aportó” su testimonio y otros elementos a la Comisión Europea, que abrió una “investigación formal” contra la red X por presuntos fallos en materia de moderación de contenidos y transparencia en diciembre de 2023.
El jueves, el diario español La Vanguardia, con sede en Barcelona, anunció que ya no publicaría contenidos en esta “red de desinformación”, un día después de un anuncio similar del diario británico The Guardian.
Elon Musk, promotor de una visión radical de la libertad de expresión que rechaza toda forma de censura, compró Twitter por 44.000 millones de dólares en 2022. Ferviente partidario de Donald Trump, acaba de ser nombrado por el presidente electo estadounidense al frente de una comisión encargada de recortar el gasto público.