La leyenda del fútbol, Lionel Messi, utilizó ciertas prácticas cuando era joven.
Lionel Messi no ha terminado su carrera. Desde su salida de Europa y del PSG, donde no dejó gran huella, el argentino se fue a vivir a Estados Unidos para terminar su carrera en la franquicia de la MLS de David Beckham, con el Inter Miami. Allí encontró a excompañeros del Barça, como Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets.
Cuesta creerlo hoy, pero antes de convertirse en una verdadera leyenda del fútbol con ocho Balones de Oro, un récord que probablemente nunca será igualado, Lionel Messi luchó por abrirse paso en su juventud debido a su físico bastante frágil y pequeño. En una entrevista con un medio argentino, el ex jugador del Barça explicó que había recurrido a ciertos tratamientos fuertes cuando era joven debido a su deficiencia hormonal.
“Primero mis padres me pusieron las inyecciones desde los ocho años, hasta que aprendí a hacerlo. Luego, a los 12 años, comencé a inyectarme las piernas una vez por noche”, dice el internacional argentino. Fue algo Eso no me impresionó. Era una aguja pequeña. No me dolía y era algo de rutina, que tenía que hacer y lo hice normalmente”.
El período seguirá siendo difícil, ya que toda la familia se trasladará a Barcelona para iniciar la carrera del prodigio. “Mis hermanos querían regresar a Argentina y regresaron en ese momento. Mi hermana era pequeña y tuvo dificultades para adaptarse a la escuela. Mi padre y mi madre tomaron entonces la decisión de traerla de vuelta también. Luego, nos quedamos solos con mi padre. y me preguntó ‘¿Qué hacemos? Depende de ti’. Le dije ‘Quiero quedarme'”.
Llegar a Barcelona será probablemente la mejor elección en la carrera de la Pulga, que unos años después se convirtió en una auténtica leyenda, tras 17 años en el club catalán. Aunque los primeros años también fueron complicados por ciertos problemas de alimentación.
“Durante muchos años comí mal. Hasta los 22-23 años me dejaba llevar y podía comer chocolates, galletas, refrescos. Pero ahora como bien. Como de todo, pero con más rigor. De vez en cuando, un un poco de vino tampoco me hace daño. Particularmente he visto el cambio con mis problemas de vómitos.