A finales de octubre, en Francia 2, más de 2,7 millones de espectadores siguieron una media de las dos partes de en la losael desconcertante thriller adaptado de las novelas de Fred Vargas con Yvan Attal y dirigida por el especialista en género: José Dayán. A principios de noviembre acaba de estallar una polémica. No sobre la ficción… sino sobre el director cuya franqueza está lejos de ser una leyenda urbana.
“Los nativos estaban muy felices…” : Los comentarios despectivos de Josée Dayan hacia los habitantes del pueblo donde filmó Sobre la losa
Todo empezó con la publicación de una entrevista concedida por Josée Dayan a nuestros compañeros de Télégramme. A continuación, la directora explicó por qué había elegido rodar en Moncontour, en Côtes-d’Armor, y no en Dinan, como estaba previsto inicialmente. También declaró su amor por Bretaña, sus luces y sus misterios. Pero, cuando se le preguntó sobre la recepción que tuvo su equipo de filmación en la ciudad medieval, en pleno invierno, la directora tuvo algunas palabras, por decirlo suavemente, torpes: “Como era invierno, solo estaban los nativos, quienes estaban muy contentos de que viniéramos a su casa, porque el rodaje les trajo un poco de entretenimiento”. Más allá del discurso subyacente con tintes claramente condescendientes, el término “nativo” (que, según la definición del diccionario Larousse, describe a una persona “originario del país que habita, cuyos antepasados vivieron en este país” pero que conlleva también, en el inconsciente colectivo, una dimensión negativa y despectiva), no pasó por alto a los Moncontouraises y a los Moncontourais…
“¡Qué arrogancia! ¡Qué importancia personal!” : Los habitantes de un pueblo bretón responden al director Josée Dayan (en la losa) quien los describió como“nativos” !
Así, en un nuevo artículo de Le Télégramme, los habitantes de Moncontour quisieron responder al director, y sin filtro: “Cuando leímos las palabras de Josée Dayan nos sobresaltamos, no podemos dejar que la gente diga eso y nos tomen por paletos en lo más profundo del campo” Lo explican en primer lugar dos portavoces del ayuntamiento que lógicamente están indignados. La indignación y el enojo son muy reales entre los habitantes: “¡Qué soberbia! ¡Qué vanidad! Algunos nos sentimos insultados, despreciados, al menos incomprendidos” dijo uno, “No estamos aburridos, señora Dayan. No necesitamos ‘un poco de entretenimiento'” reacciona otro, “No somos sólo nativos, ni mucho menos” explica otro, “Usted no vio nada de esto, señora Dayan. Y sin embargo, aunque no la necesitábamos para ‘animar’ nuestras vidas, le dimos la bienvenida (…) No es una broma de corazón que hayamos visto nuestras calles, nuestros espacios de vida, todos estos lugares de reunión están siendo privatizados (…) y no es con alegría de corazón que algunos comerciantes han visto disminuir su asistencia” subraya un último, revelando un punto de decepción. Las palabras son fuertes, acordes con la amargura y el descontento de la gente de Moncontour. No estoy seguro de que Josée Dayan sea bienvenido en el futuro en esta magnífica ciudad bretona…