Elegante, encantador y formidable. la historia de Bruno Sulakapodado “el Arsène Lupin de las joyerías”, es el de un ladrón de los años 80 que se sale de lo común. Ex legionario, se distingue por su código de honor: nunca utilizar la violencia para lograr los propios fines. Carismático, seductor y descarado, Sulak dejó su huella en quienes conoció durante estos años de robos y fugas. Pero antes de convertirse en el enemigo público número uno, fue un joven soldado de la Legión Extranjera en Calvi, en el regimiento de paracaidistas. Este viernes 1 de noviembre se estrena la nueva película de Mélanie Laurent sobre la vida del famoso ladrón francés: Librecon lucas bravo en el papel del famoso ladrón, está disponible en Prime Video.
Bruno Sulak, declarado desertor después de regresar a Marsella de vacaciones y no regresar nunca, comenzó a robar en los supermercados Mammoth. Su primer golpe, el 14 de octubre de 1978, en un Mammoth en Albi, le valió el equivalente a 40.000 euros actuales. Con su cuñado, Yves Carilloopera con el rostro descubierto y sin arma. Sulak llegará incluso a abandonar un robo cuando el cajero se sienta mal. Un detalle revelador de su enfoque no violento del crimen.
Bruno conoce a Patricia, su novia, que queda embarazada. Entonces no se trata de casarse con un nombre falso o de no reconocer a su hija, Amélie. Sulak corre el riesgo y es arrestado cuatro días después de su boda, no por sus robos, sino por su deserción. Durante la búsqueda, la policía encontró armas y billetes, estableciendo así el vínculo con los robos. Encarcelado en el centro de detención de Albi, Sulak se escapó serrando los barrotes de su celda el 24 de junio de 1980, ayudado por un cómplice en una motocicleta. Dejando atrás a su cómplice Carillo, también en prisión.
El tren de la libertad
Tras su fuga, llevó una vida social en París, dedicándose a pequeños hurtos mientras frecuentaba discotecas. El 25 de enero de 1982 fue arrestado mientras se dirigía a su nueva novia, Thalie, y se entregó sin resistencia. Allí se encuentra con el comisario. Georges Moreasdirector de la ORCB, la Oficina Central para la Represión del Bandidaje, con quien mantiene una relación amistosa, llegando incluso a confesarle gran parte de sus robos. Durante su traslado en tren a Lyon, Sulak aprovechó una oportunidad para escapar, a pesar de la vigilancia de cinco gendarmes, gracias a dos cómplices armados. Detalle curioso: una de las armas utilizadas en su fuga fue encontrada posteriormente en un BMW robado, conducido por Antonio Delonentonces tenía 18 años.
Fue en ese momento que Sulak conoció Steve Jovanovicquien se convertirá en su cómplice. Juntos, pasan de pequeños robos a grandes atracos, dirigidos a joyerías de renombre. Su primer golpe: la famosa joyería Cartier, en la avenida Montaigne, donde se apoderaron de joyas por valor de 10 millones de francos. Meticulosamente preparado, llevó a cabo este atraco mientras François Mitterrand y Helmut Kohl, los jefes de Estado francés y alemán, desfilaban por los Campos Elíseos. Sulak no deja de alardear tras la hazaña, llamando a Moréas para decirle: “Oye, ¿viste lo que hice? “. Moréas, fascinada, desea conocerlo en persona, pero Sulak nunca se mostrará. Durante un atraco memorable, Sulak roba un anillo de compromiso pero se da cuenta de que la futura novia se lo estaba probando. No sin garbo, le desliza el anillo en el dedo antes de salir corriendo.
Posteriormente, el dúo de matones viaja a Cannes. En la concurrida Croisette, Sulak visitó varias veces la boutique Cartier, ganándose la confianza del personal presente. El gran día, Sulak y Jovanovic se disfrazan de tenistas, haciéndose pasar por jugadores ricos. Entre los objetos robados se encuentra el famoso encendedor pantera, del que sólo existen cuatro ejemplares en el mundo. El botín final asciende al equivalente de 40 millones de francos, lo que vuelve a colocar a Sulak y a su compañero en la leyenda de los atracos.
Perdido en vuelo
En 1984, Bruno Sulak se convirtió oficialmente en el enemigo público número uno. Su rostro aparece en la portada de todos los periódicos. Pero a pesar de su condición de ladrón, sigue atrayendo la simpatía del público. Su código de honor y su carisma tienen mucho que ver en ello. Sin embargo, el asunto de la toma de rehenes en Thionville lo conmovió profundamente. Poco después de este episodio, Sulak voló a Brasil, buscando escapar de la presión policial. Sin embargo, su necesidad de permanecer en Francia, cerca de su familia, le devuelve rápidamente al territorio, bajo una identidad falsa. Detenido en España por documentación falsa, las autoridades locales descubrieron rápidamente que se trataba del famoso Bruno Sulak. Fue trasladado al centro de detención preventiva de Draguignan, cerca de Burdeos.