En 2025, el Jubileo en Roma promete atraer a millones de peregrinos y visitantes, transformando la Ciudad Eterna en un bullicio permanente. Ante esta afluencia, ¿por qué no explorar una Italia más tranquila, lejos de los caminos trillados? Desde valles alpinos hasta pueblos barrocos sicilianos, la campiña toscana y ciudades artísticas poco conocidas, descubra cinco destinos que ofrecen una combinación perfecta de serenidad, patrimonio y tradición. Evite las multitudes y sumérjase en una Italia secreta, donde cada descubrimiento se saborea lejos de las multitudes.
Valle de Aosta, la pequeña “Roma de los Alpes”
En esta discreta región del norte de Italia, Aosta ofrece una encantadora alternativa al frenesí de Roma. Antigua capital romana de los Alpes, alberga tesoros históricos como su antiguo teatro, su arco triunfal y su sitio megalítico de Saint-Martin-de-Corléans. Pasee por su animado centro histórico, donde se exhibe elegantemente la artesanía local.
En enero, la feria de Saint-Ours reúne a productores y artesanos en un ambiente cálido, ideal para descubrir las especialidades locales, en particular la fontina AOP y el jamón de Bosses. Y para disfrutar de impresionantes vistas de las montañas, tome la góndola hasta la estación de esquí de Pila, perfecta para actividades de verano o invierno.
Lombardía, entre Cremona y Mantua
En Cremona la pasión por la música es palpable. Cuna de los legendarios violines Stradivarius, la ciudad perpetúa su patrimonio en sus numerosos talleres y su prestigioso Museo del Violino, que exhibe instrumentos excepcionales. El centro histórico, dominado por la Piazza del Comune, le invita a descubrir el magnífico Duomo, su baptisterio octogonal y su impresionante campanario.
A pocos kilómetros, Mantua deslumbra con su encanto atemporal. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta ciudad rodeada por las aguas del Mincio ofrece un entorno tranquilo y romántico. Piazza Sordello y el suntuoso Palacio Ducal reflejan la época dorada del Renacimiento italiano. No se pierda el Palazzo Te, una residencia dedicada a los placeres que alberga extraordinarios frescos.
Emilia-Romaña, de Módena a Parma
Mientras Roma vibra con el efecto del Jubileo, Módena y Parma ofrecen una escapada gourmet y refinada. Módena es un verdadero santuario para los amantes de la comida. El vinagre balsámico tradicional, envejecido durante décadas, es una auténtica obra de arte culinaria. Visita las acetaias (productores locales) para comprender los secretos de este néctar. La Piazza Grande, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está dominada por el Duomo, una maravilla del siglo XII.
En Parma, la gastronomía alcanza su punto máximo con productos como Prosciutto di Parma y Parmigiano Reggiano. Pero la ciudad también ofrece una riqueza cultural impresionante. Admire los frescos de su baptisterio único y explore la Galleria Nazionale di Parma, hogar de obras maestras del arte italiano. Parma es una ciudad elegante, ideal para dejarse seducir por una mezcla de arte, historia y sabores.
Viaje a la Toscana, entre Pienza y Cortona
Mientras Roma abruma a sus visitantes, las colinas toscanas ofrecen un refugio tranquilo. Pienza, apodada la “ciudad ideal”, es fruto de la visión humanista del Renacimiento. Su Piazza Pío II y su palacio papal son ejemplos de armonía arquitectónica. Ubicado en Val d’Orcia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece espectaculares panoramas de la campiña toscana. Los amantes de la comida apreciarán su pecorino local, un queso con un sabor único.
En Cortona, la historia y el arte se encuentran. Con vistas al valle de Chiana, esta pequeña ciudad amurallada es famosa por sus iglesias y el museo MAEC, que alberga tesoros etruscos y obras del pintor Luca Signorelli. Las calles adoquinadas y las animadas plazas desprenden un encanto innegable, perfectas para una escapada al corazón de la Toscana.
Ciudades barrocas del sureste de Sicilia
El terremoto de 1693 transformó el sureste de Sicilia, dando origen a extravagantes ciudades barrocas. Catania, con sus fachadas ennegrecidas por la lava del Etna, es una mezcla fascinante de autenticidad y energía. Su lonja es una experiencia sensorial única.
Noto, a menudo apodada la “capital del barroco”, deslumbra con sus palacios e iglesias, especialmente al atardecer, cuando la piedra dorada se ilumina. Ragusa, Modica y Scicli son paradas imprescindibles para admirar obras maestras arquitectónicas, degustar el famoso chocolate de Modica o descubrir las tradiciones locales en un ambiente tranquilo, lejos de Roma y su bullicio.
Estos destinos inesperados, lejos de Roma, te invitan a descubrir otra cara de Italia, donde autenticidad y tranquilidad se combinan para un viaje inolvidable. Escapar del frenesí del Jubileo en Roma nunca ha sido tan tentador.
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