La familia real británica se prepara para celebrar la Navidad a bombo y platillo en Sandringham, donde se esperan nada menos que 45 invitados. Un ambiente festivo, pero también la oportunidad de reencuentros a veces delicados, en particular entre el príncipe Guillermo y Laura Lopes, hija de la reina Camila.
Sandringham, la finca real situada en Norfolk, será el escenario de las festividades navideñas de la familia real británica. Según The Mirror, este año se celebra una de las reuniones navideñas más grandes en mucho tiempo, y se esperan alrededor de 40 invitados. El príncipe William, al margen de un evento oficial en Wiltshire, confirmó el tamaño de la fiesta: “Para Navidad seremos 45. No habrá silencio, habrá ruido”..
Entre los invitados estarán, por supuesto, figuras destacadas como el rey Carlos III, la reina Camila, los príncipes de Gales y la princesa Ana. Pero lo que resulta intrigante es la presencia de Laura Lopes, hija de la reina Camilla, que tiene una relación a veces complicada con el príncipe William.
Una presencia discreta pero notable
Laura Lopes, de 46 años, es hija de Camilla Parker Bowles de su primer matrimonio con Andrew Parker Bowles. Comisaria de exposiciones y entusiasta del arte, se ha hecho un nombre lejos de los focos reales. Laura, cofundadora de la galería de arte Eleven, comparte con Kate Middleton la pasión por el arte y la vida familiar.
A pesar de su discreción, su lugar en la familia real se vio sacudido en 2005, cuando su madre se casó con el príncipe Carlos, convirtiéndose en madrastra de los príncipes William y Harry. Este nuevo vínculo familiar no siempre fue sinónimo de armonía.
Una relación marcada por tensiones
Según los informes, la relación de Laura Lopes y el príncipe William tuvo altibajos, particularmente en los primeros años después del matrimonio de sus padres. Según la periodista Katie Nicholl, autora de “Harry y William”, las discusiones entre Laura y William eran frecuentes. “William culpó a Camilla por el dolor que le infligió a su madre, la princesa Diana, lo que enfureció a Laura. Ella respondió que su padre, Carlos, había destruido su propia vida familiar”.escribe.
A pesar de estas diferencias, los dos hermanastros han mostrado cierta unidad en eventos familiares, como la boda de Laura en 2006, donde estuvieron presentes William y Harry. Después de un año marcado por pruebas, en particular la publicación de las memorias del príncipe Harry y tensiones persistentes dentro de la familia real, esta Navidad en Sandringham parece querer reunir a todos en torno a los valores familiares. La ex experta real de la BBC Jennie Bond destaca la importancia de la reunión: “Después del año que han tenido, el Rey y la Reina probablemente quieran reunir a la mayor cantidad posible de miembros de su familia para Navidad”.
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