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Cuando la iglesia de Saint-Baudile se convierte en un escenario celestial: “Cubo, la llamada del mar” asombró a Nimes

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Entre acrobacias vertiginosas, espectáculos de luces y un cubo suspendido a 50 metros del suelo, la empresa italiana Eventi Verticali ofreció al público un momento de evasión.

Este sábado 21 de diciembre, en la plaza frente a la iglesia de Saint-Baudile, la magia tomó vuelo, literalmente. A las 18 horas, la compañía italiana Eventi Verticali & Aérosculpture ofreció al público de Nimes un espectáculo extraordinario, que combinaba danza aérea, acrobacias vertiginosas y un cubo colgante que desafiaba la imaginación.

Entre poesía y acrobacia

Todo comienza lentamente: una atmósfera luminosa, formas danzantes proyectadas sobre la plaza, como sombras en busca de libertad. Luego, sin previo aviso, estas formas se elevan y se transforman en pájaros de luz, revoloteando sobre los espectadores reunidos en la plaza de la iglesia y más allá. Este ballet etéreo da paso a una nueva escena: dos bailarines se elevan hacia el cielo, suspendidos de cuerdas y desafiando el vacío, a los que pronto se unen otros dos acróbatas. Cabezas gachas, pies flotando en la nada.

Una primera parte entre juegos de luces y formas danzantes.
Midi Libre – MiKAEL ANISSET

El punto culminante del espectáculo viene con la elevación del famoso cubo. Esta estructura metálica tridimensional, habitada por los bailarines, parece flotar hasta lo alto de la iglesia. Los acróbatas, ajenos al vértigo, trepan, bailan y juegan con el vacío, provocando fuertes aplausos con cada nueva hazaña. Y cuando las llamas emergen de la estructura suspendida a casi 50 metros del suelo, un verdadero clamor recorre la multitud.

Un gran final

Para el gran final, los cuatro artistas se envuelven en sábanas aéreas, dando un toque final de poesía a su actuación. Los fuegos artificiales brotan del cubo, iluminando la noche y dejando asombrados a grandes y pequeños. “Olvidé que hacía frío”sonríe Martín, que vino con sus padres.

No se trataba de sentirse mareado…
Midi Libre – MiKAEL ANISSET

Son las 18.45, la plaza se va vaciando poco a poco, pero todos se marchan con los ojos llenos de estrellas. “Fue realmente increíble”confiesa Mathilde, sosteniendo en brazos a su pequeño hijo Léo y que, sin duda, tampoco ha perdido el ritmo.

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