Casas pintorescas, abundantes adornos rojos y dorados… Aunque a menudo permanece en el anonimato, esta capital sirve de escenario a numerosas películas navideñas para televisión.
Conocemos la historia. Una heroína apasionada por su trabajo en Nueva York acaba cayendo bajo el hechizo de una amiga de la infancia cuando regresa a regañadientes al pequeño pueblo rural donde creció. ¿Pero es realmente Manhattan lo que vemos en la pantalla? No siempre. Si las películas navideñas americanas ya no nos sorprenden, su ambientación no lo es menos, porque la mayoría se ruedan… en el mismo lugar.
Una ciudad en particular acoge cada año una treintena de producciones audiovisuales estadounidenses. Entre ellos, una docena se refieren a películas navideñas de fin de año, producidas para cadenas especializadas como el incomparable Hallmark, que ya ha emitido más de 300 ficciones desde 2009 y propone cerca de 40 nuevas cada año. Un tercio de las creaciones de este tipo difundidas en Norteamérica y muy a menudo retransmitidas en Francia, se graban en este territorio, según la AFP.
“Edificios históricos del siglo XIX”
Esta es Ottawa, la capital de Canadá. La cuarta ciudad más grande del país en términos de población, está situada en la provincia de Ontario, en el sureste, en la frontera con la región francófona de Quebec. Aunque no suele ser visto como un destino turístico de visita obligada, cargado con el estereotipo de ser demasiado serio debido al gran número de embajadas que alberga, tiene una aptitud singular. El de recrear tanto la energía de una gran ciudad como la tranquilidad de los pequeños pueblos nevados.
«Me encanta filmar en Ottawa porque los paisajes son tan bellos como variados.», confirmar a Fígaro Maxwell McGuire, director estadounidense acostumbrado a rodar en esta región. En su película para televisión Feliz nuevo amordescubrimos edificios de ladrillo rojo que parecen Boston y rascacielos que podrían ser los de Seattle o Chicago. «Para reproducir mejor el ambiente navideño, alquilamos casas, cafeterías y tiendas reales.»enumera el productor de 43 años. Para ello, su equipo viaja a menudo a Almonte, en las afueras de Ottawa. “Hay edificios históricos del siglo XIX con mucho encanto.» añade Maxwell McGuire, mencionando también la atmósfera del Comedor de los años 50 del pueblo.
La magia de la Navidad…en verano
Pero uno de los principales activos del capital canadiense sigue siendo su incentivo fiscal. Esto cubre el 45% de los gastos relacionados con la mano de obra, o un 10% más que en las grandes metrópolis del país, como Toronto y Vancouver. “Aquí, los costes de rodaje, incluidas localizaciones, hoteles y alquiler de vehículos, suelen ser inferiores a los de los grandes centros de producción.», reconoce Sandrine Pechels de Saint Sardos, comisaria de la oficina de cine de Ottawa.
Esto también se explica por el hecho de que las películas para televisión se ruedan principalmente durante el verano. “Las temperaturas pueden bajar a -35 grados en Canadá. No es humanamente posible fotografiar en invierno, por eso utilizamos nieve artificial en verano.», revela el comisario, precisando que se fabrica de forma eco-responsable, gracias al programa Ontario Green Screen, destinado a reducir la huella ecológica de la industria audiovisual en la región.
¿Un impacto en el turismo?
Aunque rara vez encarna su propia identidad en la pantalla, la ciudad sabe cómo atraer a los aficionados a las películas para televisión. “Observamos que muchos visitantes vienen en invierno con la esperanza de asistir a los rodajes de películas navideñas.», señala Sarah Laturnus, directora de la Oficina de Turismo de Ottawa. Para orientar a los turistas, la oficina del cine ha publicado un itinerario que enumera estos lugares en la aplicación Google Maps, disponible de forma gratuita en su sitio.
Allí encontramos el elegante Fairmont Château Laurier, visto en Un flechazo navideño realo el estadio de béisbol visto en Caliente escarchadolanzado en Netflix el mes pasado y ya ha sido visto más de 28 millones de veces. También es una oportunidad para descubrir los sitios emblemáticos de Ottawa, desde el edificio del Parlamento, que parece un reino, hasta su Canal Rideau, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que se transforma en una pista de hielo en invierno. Suficiente para inspirar la ficción navideña más idílica (y predecible)…
EN VÍDEO – El tradicional árbol de Navidad ha llegado a la Casa Blanca.
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