En los años 80, la base de submarinos era un edificio frío, húmedo y lúgubre: un testimonio de la ocupación nazi, marcado por el aspecto brutal del hormigón armado. En 2023, en cambio, fue el lugar más visitado de Burdeos y el segundo de la Gironda: más de 800.000 entradas a las Cuencas de las Luces, en los cuatro nichos destinados a la sociedad Culturespaces para proyectar reproducciones de obras de arte sobre 12.000 Metros cuadrados de superficie. ¿Dijiste “historia de éxito”?
“Hoy tenemos visitantes de Toulouse o La Rochelle que vienen específicamente a Burdeos para disfrutar de las Cuencas de las Luces”, se alegra Humbert Vuatrin, director del lugar. Sin embargo, a principios de siglo no lo hubiéramos creído, después de que un conservatorio internacional de yates, inaugurado en 1993, cerrara sus puertas en 1997 por falta de público.
Quien relanzó este sitio de 41.000 m² se llama Danièle Martinez. En 2000, este antiguo director de la Feria del Libro de Pessac, entonces Burdeos, fue bombardeado como director de la base de submarinos. “Ella entendió que era un lugar indestructible y que para hacer algo con él había que confiar en el arte”, explica Pascale Dewambrechies, coautora de un libro que le rinde homenaje.
Danièle Martinez multiplica las exposiciones de artistas de renombre –Georges Rousse, Henri Cartier-Bresson, Yann Arthus-Bertrand…– o sobre temas como Mayo de 1968, insistiendo en que el acceso siga siendo gratuito. Con el crítico musical Philippe Méziat, también inauguró el festival Jazz à la base, donde veremos a Martial Solal, Ibrahim Maalouf, etc. Y abrió el lugar a un histórico DJ set de Laurent Garnier en 2004.
En resumen, acerca el público a este sector de las cuencas hidrográficas que entonces parecía el fin del mundo. Luego, al borde de la jubilación y enferma, tuvo la previsión de prepararse para el futuro llevando a Alain Juppé a Carrières de Lumières, en Baux-de-Provence, el primer sitio gestionado por Culturespaces, que hoy cuenta con una decena.
Esta filial de Engie (en aquel momento) invirtió 15 millones de euros en el desarrollo de sus cuatro nichos. Y es en un espacio limpio y confortable donde los Bassins des Lumières abrieron sus puertas en junio de 2020. Todavía estamos inmersos en el Covid, pero el éxito es inmediato, con picos de programas sobre Dalí, Tintín o pintores holandeses. En 2024, las tres cuartas partes de los visitantes procederán de fuera del área de Burdeos y el 25% procederán del extranjero.
“Las Bassins des Lumières forman parte de una nueva oferta cultural al norte de la ciudad, más moderna, más centrada en las tecnologías digitales, junto con el Museo Mer Marine, la Cité du vin o Cap Sciences”, analiza Dimitri Boutleux, asistente de cultura. Permiten equilibrar las prácticas. » A la espera de ver qué sucederá en la sala contigua de 500 m², que aún gestiona el Ayuntamiento. En otoño se establecieron allí dos asociaciones, Dé-Zip y Le Grand Incendie, con la misión de desarrollar proyectos “que combinen arte y cuestiones sociales”.
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