La historia de la música no es subordinada ni jerárquica. Por el contrario, es descentrado, polimórfico y se desarrolla de forma aleatoria. Partiendo del postulado conceptual de Hannah Elsisi, un simple debate entre amigos: ¿Rosalía, hiperestrella del pop global, de origen europeo, habría construido su carrera sobre la reapropiación cultural de ritmos afrodescendientes? Una discusión aparentemente sencilla, además de un caso judicial: el que enfrenta actualmente al dúo jamaicano Steely & Clevie contra los gigantes de la industria musical: Warner, Universal o Sony.
En pocas palabras, según el dúo de productores, su riddim Poco Man Jam firmado en 1989 contendría el ADN original del reggaetón. Una importante batalla por la infracción de derechos de autor, ya que este ritmo está contenido en los cientos de éxitos que han estado en lo más alto de los mejores álbumes del mundo durante años. El tema es seductor, todos saben y sienten que, de cierta manera, “MIA” de Bad Bunny y Drake o « Taki Taki” de Dj Snake se basa en gran medida en polirritmos africanos: “ Encuentro que este proceso es un punto de entrada interesante para abordar la cuestión del capitalismo en la música, la de la dinámica de circulación y apropiación de los ritmos, pero también de su captura por un liberalismo blanco y colonial. Este asunto revela cómo la cuestión occidental de los derechos de autor ha generado todo un ecosistema, además de un sistema legislativo, al servicio de una dominación, la de un capitalismo colonial y cultural, que escapa a todo un continente y a su diáspora. » explica el historiador británico-egipcio.
« Mi rizoma es un manglar. »
En contraste con esta monstruosa matriz narrativa, legislativa y simbólica, que estratifica y congela la creación musical, Hannah Elsisi opone la experiencia caribeña: un lugar de trauma, de sufrimiento individual y colectivo, así como de desarraigo, pero también de cruces, encuentros y esperanzas. del ser. Frente a industrias creativas piramidales y arborescentes, fuertes en sus jerarquías entre raíces, troncos y cumbres innegables, Hannah Elsisi esboza el contramodelo de una creación musical, híbrida, underground, mixta. Una visión descolonial de la historia de la música, que resiste y se despliega, a la manera insubordinada de un rizoma: “ el mismo rizoma desarrollado por Gilles Deleuze y Félix Guattari en Las mil mesetas especifica el intelectual. Pero mi rizoma es un manglar.. »
Mangleque es precisamente el nombre de una unidad de investigación cofundada por Elsisi dentro de la Universidad de Nueva York. Un programa que estudia los lenguajes, biotopos, sonidos y estética de la migración. Un gran proyecto en el que se desarrolla Hannah cromestesia : « Cromestesiao cómo la música afrodescendiente inerva, como un rizoma, la creación contemporánea. De Río a El Cairo, de Miami a Kampala, cromestesia explora un milenio de diásporas, siguiendo los paisajes sonoros de las migraciones y la creación en el exiliocomenta Hannah. El dancehall, el baile funk, el amapiano, el mahraganat, el electro-shaabi, el raptor house o el reggaetón precisamente, son géneros internacionales, contemporáneos y mayores, nacidos del caos de los desplazamientos de afrodescendientes por guerras, cambios climáticos, colapsos económicos, guerras como la esclavitud. »
Una recopilación de archivos para “historias no escritas »
Plantas perennes, programas. Mangle y cromestesia acaban de tomar forma a finales de 2024. Primero en forma de una compilación de nueve pistas: lanzada en noviembre de 2024, CHROMESTHESIA: The Color of Sound Vol. 1 reúne a una veintena de artistas, procedentes de los diferentes archipiélagos sonoros conceptualizados por Hannah Elsisi. Una recopilación impresionante como archivo de “ historias que no estan escritas. » Para encarnar memorias africanas impedidas y a veces prohibidas, el intelectual convoca a los más ilustres embajadores de una musica bajo demandante, internacionalista e ilustrado. No sorprende que esta primera parte se abra con los polirritmos de Deena Abdelwahed, una ingeniera electrónica tunecina que rompe constantemente abstracciones sonoras y territorios creativos en movimiento. cromestesia También figuran en el reparto el letrista sudafricano Sho Madjozi, reina vivaz de Limpopo, Pedro Elias Corro, alias DJ Baba the Raptor, padrino absoluto del tan subestimado raptor house o 3Phaz, pilar de la escena electrónica de El Cairo, que se unieron para el oportunidad junto a su camarada de origen egipcio-iraní KUKII. KUKII, a quien muchos conocen por su antiguo apodo: LAFAWNDAH, diva neo digital de la que volveremos a hablaros muy pronto en PAM.
La nebulosa de Hannah Elsisi también ha sido descubierta recientemente en el escenario: para celebrar el lanzamiento de la impresionante curaduría cromestesiael historiador actuó en noviembre de 2024, en los escenarios del programa Guess Who? en Utrecht una gran actuación que duró trece horas. ¿En el menú de su banquete desnudo? Una auténtica toma de control en la programación del evento holandés con los sets gqom y amapiano de DJ Lag, la llegada del padrino DJ Babatr, o los conciertos de 3Phaz x KUKII, Sho Madjozi o nuestro querido PÖ, evidentemente conocido por los seguidores de el colectivo ugandés Nyege Nyege. Toda la dirección coreográfica de esta versión exclusiva y en vivo de la experiencia cromestesia se puso bajo la dirección experta de Exocé, un artista francés de origen congoleño y artista visual híbrido, nutrido también de las luces de África: “ La experiencia del ritmo y del polirritmo es siempre colectiva. » añade Hannah Elsisi. “ La gente siempre se ha reunido en círculo, en grupo, para curarse unos a otros. Tanto el continente africano como la diáspora llevan esta historia ancestral del ritmo en su función terapéutica, esto es también lo que nos dice la Cromestesia. »
Cromestesia: el color del sonido vol. 1logro. Sho Madjozi, Nick León, Deena Abdelwahed, 3Phaz, LAFAWNDAH, DJ Babatr…
Artistas, productores y músicos, ¿os gustaría participar en la segunda parte de la colección Chromesthesia? Contacto [email protected].
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