Cantante en los bares de su pequeña ciudad rural en Marruecos, Touda (Nisrin Erradi) quiere dejarlo todo para mudarse a Casablanca. La oportunidad de ofrecer una mejor educación a su hijo, la oportunidad de realizar finalmente su sueño, el de convertirse en sheikhate, una artista que interpreta la aita. Este género musical fue inicialmente llevado por hombres, luego fue adoptado por mujeres para cantar textos que abordan tanto el amor como la resistencia. Y estos artistas son tan adorados por algunos hombres como considerados malas mujeres. Una dicotomía de la que Touda intentará liberarse.
Cultura marroquí y alcance universal
El director Nabil Ayouch tiene la costumbre de incluir mujeres fuertes en sus películas, y Todo el mundo ama a Touda Es una nueva prueba de ello. Presente en todas las escenas, la actriz Nisrin Erradi, que aprendió el arte del aita de jeques profesionales, sorprende al superar todas las dificultades que encuentra con una mirada o un gesto. Su intensidad de juego es el punto fuerte de la película, y nos permite comprender toda la extensión de su personaje.
Porque, como era de esperar, es contra el patriarcado contra quien Touda libra su verdadera lucha. Una batalla que se desarrolla en la película a través de escenas terribles, en particular la introducción y el plano secuencia final, que muestran cómo la violencia generada por este sistema puede adoptar diferentes formas. Y si esta historia de emancipación femenina está definitivamente anclada en la cultura marroquí, su alcance es universal.
Todo el mundo ama a Touda de Nabil Ayouch, en cines a partir de este miércoles 18 de diciembre. Duración: 1 hora 42 minutos.
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