“Vivieron felices para siempre…” Olvídese de los finales felices de los cuentos de hadas. Un estudio publicado en el British Medical Journal analiza con humor las princesas de Disney y su estilo de vida. El diagnóstico es claro: desde Blancanieves hasta Rapunzel, estas heroínas combinan comportamientos riesgosos y peligros para la salud.
La edición navideña de Revista médica británica reserva su cuota de estudios sorprendentes y divertidos cada año. En la edición de 2024, una de ellas viajó al maravilloso mundo de las princesas de Disney. Princesas que, si vivieran en el mundo real, tendrían mucho de qué preocuparse por su salud.
Tomemos como ejemplo a Blancanieves. Detrás de su tez color melocotón se esconde una princesa en peligro. Confinada por su suegra, está expuesta a depresión y enfermedades cardiovasculares debido al aislamiento social. Por no hablar del famoso incidente de la manzana.lo que pone seriamente en duda el dicho de que una manzana al día mantiene alejado al médico“, bromean los investigadores de la Universidad de Twente en los Países Bajos.
Sigamos pasando las páginas de estos cuentos de hadas… La situación no es mucho más halagüeña en el Reino de Agrabah, en casa de Aladdin, donde Jasmine vive recluida en su palacio dorado. “Su único amigo es un tigre.“, subrayan los investigadores, “lo que plantea no sólo la cuestión de las zoonosis, sino también la de la supervivencia frente a un depredador natural“.
Rabia, accidente…. y consentimiento
Bella no se queda fuera. Su compañera de cuarto con la Bestia la expone a un cóctel de enfermedades potencialmente mortales, desde brucelosis hasta rabia.
Para Cenicienta, los autores sugieren que la exposición continua al polvo amenaza su salud pulmonar. Pero van más allá. Dicen que las cantidades masivas de brillo mágico (que según los investigadores no son más que microplásticos recubiertos de aluminio) pueden penetrar el tejido pulmonar de la princesa. En lugar de un príncipe, sugieren que Cenicienta recurra a una terapia respiratoria continua para vivir feliz.
¿Pocahontas? Su caída desde un acantilado de 252 m de altura “debería haber terminado en una sinfonía de fracturas más que en una armonía con la naturaleza”.
En cuanto a Aurore, la Bella Durmiente, su prolongada siesta debería haberla expuesto al riesgo de sufrir un derrame cerebral y escaras. Por no hablar de la cuestión del consentimiento durante el “beso salvador”…
¿Y los demás? Lo mismo. Mulan sufre presiones familiares ligadas al honor; Rapunzel debería haber desarrollado alopecia por tracción, es decir, debería haber perdido el cabello al usarlo como cuerda…
“Disney debería considerar intervenciones para superar estos problemas de salud, como meditación y psicoterapia, entrenamiento para la convivencia con animales y medidas de protección personal contra agentes infecciosos y partículas tóxicas.“, bromean los autores”.Sólo entonces las princesas de Disney podrán empezar a vivir sanas y felices para siempre.“
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