Muchos de los manuscritos del cantante saldrán a subasta en Sotheby’s este miércoles 18 de diciembre. Entre ellos: numerosos borradores donde Bárbara, víctima de incesto durante su infancia, evoca la dolorosa relación con su padre.
Por Valérie Lehoux
Publicado el 16 de diciembre de 2024 a las 17:00 horas.
PAGEntre los manuscritos de Barbara ofrecidos a subasta en Sotheby’s, este miércoles 18 de diciembre, los coleccionistas encontrarán pequeñas palabras garabateadas en cuadernos, extraídas de una correspondencia romántica; y los textos más o menos logrados de una decena de canciones – La Dama Marrón, La Soledad, La Edad de Bel… Pero estos son los borradores de uno solo, Nantes, lo que atraerá la atención de los exégetas. Porque más de sesenta años después de la creación de esta pieza central de la obra, los manuscritos, aún nunca expuestos al público, respaldan un testimonio. El de Sophie Makhno, que recogimos en 2005: “ No sé si alguien ha encontrado todos los borradores de Nantespero se le ha ennegrecido ¡no sé cuantas hojas! Estaba en su burbuja, había que verla… Parecía aislada. Y ella tachó, tachó. Nantesfue una canción terriblemente difícil de terminar. Lo reescribió compulsivamente. »
En aquel momento, en noviembre de 1963, Sophie Makhno se encargó de presentar una velada en el Théâtre des Capucines de París, en el marco de una serie de conciertos dedicados a los jóvenes talentos de la canción “de texto”. Allí invitaron a Bárbara, cuya notoriedad se limitaba a los cabarets. Unas horas más tarde, frente a un público atónito, iba a crear Nantes, a la muerte de su padre. Nantes, con un tono de seguridad a la vez sencillo y desgarrador que rompió con la estética literaria entonces en boga en la orilla izquierda, se ha convertido desde entonces en un clásico del repertorio francófono. Sin embargo, la historia y el drama subyacente fueron ignorados durante mucho tiempo.
El retrato de un hombre destrozado
Lo que durante años fue tomado por un canto de luto fue también el de un crimen y un dolor nunca extinguido: el incesto, que Bárbara sufrió durante varios años a manos de su padre -que abandonó la casa familiar en 1949, cuando ella tenía 19 años-. no dar más noticias -, y el perdón, que no tuvo tiempo de concederle, cuando éste murió, en Nantes, diez años después. Cosas que no contó públicamente durante su vida, pero que finalmente fueron reveladas en sus Memorias póstumas (Había un piano negro… Recuerdos interrumpidos, Fayard, 1998). “Me olvido de todo el daño que me hizo, Bárbara luego escribió: y mi mayor desesperación será no haber podido decirle a este padre que tanto odiaba: “Te perdono, puedes dormir tranquilo. ¡Lo superé porque canto! »
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¿Los borradores que se venden hoy en Sotheby’s son los que el cantante había ennegrecido delante de Sophie Makhno en noviembre de 1963? Es imposible establecerlo con certeza (pertenecen a un hombre que conoció a Bárbara el año siguiente, pero nada dice que no hubiera recuperado documentos más antiguos). Sea como fuere, dan fe de lo esencial: de hecho, Bárbara habrá escrito y reescrito Nantes, muchas veces, visiblemente dudando sobre lo que iba a ofrecer con la historia.
Entre el lote de manuscritos puestos a subasta, un cuaderno está incluso dedicado casi por completo a esta única canción. Algunos pasajes están tachados, otros nunca fueron cantados, probablemente porque sugerían demasiado abiertamente el sufrimiento de las relaciones y el silencio. En cualquier caso, pinta el retrato de un hombre destrozado, hacia el que no muestra ningún enfado. Dice lo siguiente: “Había soñado sin creerlo mucho / Que intentaría verme otra vez. » O de nuevo: “Nunca podré saber / Qué soledad, qué desesperación / Lo había arrojado como a un naufragio / A Nantes para ser un naufragio. » Versos inéditos, que resuenan con esta pregunta de las Memorias: “¿Quizás cargó con el recuerdo y el remordimiento de su crimen durante mucho tiempo y por todas partes? » Sobre todo, en dos ocasiones vemos muy claramente el tema del perdón. (“Recordó el pasado […] / Y ya lo había perdonado”), perdón que afirma en sus Memorias.
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Finalmente, una frase tachada grita. Resulta más difícil de descifrar y por tanto requiere precaución, pero es posible que diga: “y no pude sanar”… Ahora sabemos casi con certeza que Bárbara, a lo largo de su carrera y de manera más o menos codificada, aludió al drama de su infancia en varias canciones (En el corazón de la noche, El Águila Negra, o el espectáculo Pasión de lirio). Como una herida que nunca sana.
La velada en el Théâtre des Capucines, cuando cantó Nantes Por primera vez (en una versión ligeramente diferente a la que luego grabó en disco), importantes profesionales estaban en la sala. Como Louis Hazan, director de Philips, o Denise Glaser, productora de Discorama. Todos dijeron que estaban en shock por la intensidad de la canción. Poco después grabaría su primer disco de cantautora, Bárbara canta Bárbara (también conocido como Rose Album), que le valió el Gran Premio de la Academia Charles Cros. Luego, en el otoño de 1964, explotaría como telonero de Brassens en Bobino. Y volvería allí al año siguiente, esta vez en lo más alto del cartel.
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