Cuando la novelista Anne Goscinny tuvo hijos quiso volver a vivir al barrio parisino en el que había crecido con su madre. Quería que conocieran los lugares, el jardín público, las calles de su infancia. “Esto les parecerá un poco místico, pero creo que siempre tuve la fantasía de cruzarme con los fantasmas de mis padres yendo a comprar el periódico al quiosco. Creo que fue una forma de alargar mi infancia con ellos. » Tenía 9 años cuando René Goscinny murió, a los 51, durante una prueba de esfuerzo que había ido a hacerse, en muy buena forma, a la consulta de su cardiólogo – de la que sin duda habría hecho una buena broma, si no lo hubiera hecho. ya se ha dicho. Hoy, a sus 56 años, gestiona las obras de su padre. Simón tiene casi 24 años, Salomé casi 22.
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¿La primera vez que te sentiste madre?
Me sentí madre incluso antes de serlo. Perdí a mi padre a los 9 años, a mi madre a los 25. Y así, a los 25 años, me sentí solo, sin hermanos ni hermanas, sin nadie de una generación anterior, ni de una generación siguiente. A partir de entonces sólo viví para traer un niño al mundo. Tuve la impresión de que mi vida sólo volvería a encontrar sentido en ese momento. Y cuando vi las dos barras azules en el test de embarazo que me decía Simón, creo que ya me sentí madre.
Fue doloroso saber que mis padres no conocerían a mis hijos y viceversa. Más aún quizás cuando nació mi hija. Mi abuela había sido hija única, mi madre hija única, yo también… Había una especie de hilo generacional ahí. Pero cuando di a luz mi madre ya no estaba, esta historia de mujer se rompió. Todo lo que tenía que descubrir, lo descubrí solo. No estaba mi madre para mostrarme…
Tuve la suerte de tener estos dos hijos con un hombre maravilloso. Cuando me pidió que me casara con él, le dije que sí, pensando que sería un padre que estaría a la altura de mi idea de padre, aunque hacía mucho tiempo que no lo tenía. Escuche a Lynda Lemay cuando canta El más fuerte es mi padre. : “¿Cómo lo hiciste, mamá? Saber que papá, llueva o haga sol, no se iría… ¿Cómo lo hiciste, mamá?… Encontrar al chico adecuado…” Cuando escucho esta canción, me digo a mí mismo que es algo que mi hija me pudiera decir.
¿Alguna vez has llorado delante de tus hijos?
Si estuvieran allí, dirían que sí, a menudo. Soy muy emotiva, y a veces lloro de felicidad cuando me hacen reír, o lloro de tristeza ante la idea de que mis padres no tuvieron la felicidad de haber conocido a estos niños.
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