Se trata de una obra de más de 200 páginas, titulada charlie libertad. En el interior, algunos artículos, crónicas, pero sobre todo dibujos. Los de Cabu, Elsa Cayat, Charb, Honoré, Bernard Maris, Tignous, Wolinski. Todos ellos, junto con colaboradores de Charlie Hebdo, dos policías y otras personas presentes el 7 de enero de 2015, se encuentran entre las víctimas de los hermanos Kouachi.
Los terroristas habían entrado en la redacción de charlie hebdoabriendo fuego y matando a 12 personas. La ola de emoción que siguió fue inmensa en Francia. Han pasado diez años. Riss, superviviente de la masacre, actual director editorial del periódico satírico, analiza la filosofía de este libro-homenaje y las novedades de charlie hebdo.
El libro está dividido en varios capítulos, dedicados a los distintos colaboradores asesinados durante el ataque. ¿Por qué esta elección?
Elegimos hacer una evocación de cada uno, lo que habían podido hacer. Es también mostrar todo lo que perdimos, lo que aportaron al periódico, pero también a los demás medios con los que trabajaron. Queríamos dar una visión amplia de lo que hacían, de lo que eran. Esto permitirá a los lectores descubrir más sobre ellos. Todos tenían antecedentes antes de Charlie, provenían de entornos muy diversos. En Charlie, no todos salimos del mismo molde. Y luego, durante diez años, ¿cómo podemos hablar de ellos también en línea con lo que hicieron? Queríamos transmitir la riqueza que trajeron. Que no se conviertan simplemente en nombres en placas. Tienen que estar vivos. No es una conmemoración, no es un funeral.
¿Por qué este título, Charlie Liberté?
Es la palabra que los conecta a todos. Es un denominador común, e incluso si tuvieran diferentes personalidades, diferentes visiones, es un hilo conductor. Y eso es lo que queríamos proclamar 10 años después. No hemos cedido, no hemos agachado la cabeza, seguimos siendo libres.
La libertad también de nombrar las cosas. Usted escribe en el prefacio que no estamos hablando de desapariciones, sino de ataques islamistas. Lo cual todavía no necesariamente se dice explícitamente, durante los recientes homenajes…
Rindir homenaje a la víctima está bien, se vuelve más complicado a la hora de explicar por qué es víctima. Durante estos 10 años no hubo docuficción basada en lo que le pasó a Charlie, nada para el cine. Porque es complicado seguir hablando de libertad de expresión, de caricaturas, de Mahoma… Todo el mundo huye.
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