“Un bocado de placer, un bocado de energía, ¡cómete el plátano por los dos extremos! “. Aún no sabemos si Justin Sun, el joven empresario chino-estadounidense que hizo fortuna con las criptomonedas, siguió los consejos de este viejo comercial de televisión de los años 80, pero sí el que compró la obra del artista iconoclasta Maurizio Castellan, en. la forma de un plátano pegado a una pared por 6,2 millones de dólares, no costó casi nada.
“Fue realmente bueno”
El fruto, fijado a su soporte blanco con una gruesa cinta plateada, debía estar maduro. Ya sólo quedaba comérselo con arte. Un sabor a fruta prohibida, sin embargo, es el de este plátano adquirido hace nueve días por la modesta suma de 6,2 millones de dólares (5,9 millones de euros) durante una subasta en Sotheby’s. “Es mucho mejor que otros plátanos”, aseguró Justin Sun después del primer bocado. Provocativamente, el treintañero afirmó que “estaba realmente bueno” una vez tragado su plato, perdón, su trabajo.
Si bien el postre más caro de la historia acabó en el estómago de su dueño, los asistentes al festín no tuvieron la oportunidad de probar un solo bocado de “Comediante”, obra de Cattelan, sino que abandonaron la degustación en un gran hotel de Hong Kong. Kong, con un rollo de cinta adhesiva y un plátano de recuerdo. “Comer ese plátano en una rueda de prensa también forma parte de la historia del arte”, concluyó Justin Sun.
Las criptomonedas como arte
Justin Sun anunció esta semana una inversión de 30 millones de dólares (28,4 millones de euros) en World Liberty Financial, una plataforma de inversión y endeudamiento en criptomonedas (apoyada por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump).
Se trata de un ámbito que aprecia especialmente el fantasioso comedor de plátanos, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, quien, tras comprar la famosa fruta, declaró que correspondía “a un fenómeno cultural que establece el vínculo entre los mundos del arte y el de la cultura”. criptomonedas.
Le deseamos una buena digestión, aunque para muchos la pastilla sigue siendo muy difícil de tragar…
Por su parte, el artista Maurizio Catellan que quiso abrir el debate sobre qué constituye una obra de arte y su precio ganó su apuesta.
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