doPodría comenzar como una película navideña tradicional para televisión, tan almibarada como el ponche de huevo. Un callejón bordeado de bastones de caramelo gigantes conduce a una casa opulenta. Sobre la chimenea hay una fotografía de la hija menor, JonBenét, una pequeña rubia vestida de vaquera, ganadora de numerosos concursos de belleza cuando tenía 6 años. Es la mañana del 26 de diciembre de 1996 en una familia adinerada del pueblo de Boulder, Colorado.
El resto ha sido contado cientos de veces durante casi treinta años, en la televisión, en la prensa, en libros, películas, documentales: una cama de niño vacía, una nota de rescate encontrada al pie de las escaleras, la llamada al 911 de una madre en pánico… La policía local registra sumariamente la casa de 600 metros cuadrados. El padre que acaba encontrando el cuerpo inerte de la pequeña en un rincón del sótano y la sube escaleras arriba, destruyendo así la escena del crimen.
Esta historia, que tanto fascinó a Estados Unidos (Joyce Carol Oates se inspiró en ella en gran medida para su libro Hermanita mi amor)es el tema de un nuevo documental en Netflix (Caso sin resolver. ¿Quién mató a la minimiss?). Pero, por primera vez, la mayoría de los protagonistas testifican ante las cámaras: policías, fiscales, periodistas, abogados, pero también John Ramsey, padre de la víctima. Patsy, la madre, murió de cáncer de ovario en 2006. A partir de numerosas imágenes de archivo, la serie de tres episodios analiza los fallos policiales, legales y también mediáticos de este infanticidio sin resolver.
juicio simulado
“Todos los periodistas saben que sentimos una emoción especial cuando los enviamos a cubrir un asunto que promete ser de tal magnitud”afirma uno de los antiguos corresponsales especiales de un diario regional. Esa misma noche, equipos de televisión y fotógrafos acamparon frente al lugar de la tragedia. Y allí se turnarán durante años.
La autopsia no pudo determinar si JonBenét Ramsey murió por asfixia por haber sido estrangulada con un torniquete (realizado con un pincel roto de la madre) o por el violento golpe que recibió en la cabeza con un objeto no identificado. Pero una cosa es segura: la niña fue violada y se encontró ADN. No pertenece a ningún miembro de la familia, sino a un hombre cuya identidad sigue siendo desconocida hasta el día de hoy. Sin embargo, muy rápidamente, y a pesar de la ventana rota del sótano, la teoría del intruso queda descartada. Los padres están en el punto de mira de la policía. Quien utilizará la prensa para convencer a la opinión pública, con filtraciones e informaciones falsas.
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