- Como miembro del jurado de la competición de largometrajes del Festival du Cinéma d’Auteur, ¿cómo define una buena película?
Por otro lado, buscamos obras que cautiven con su narración, conmuevan con la profundidad de sus personajes, deleiten con una cuidada producción y aborden temas relevantes y estimulantes. Una película exitosa es aquella que, a través de su fotografía, música y edición, crea una sinfonía visual y sonora, dejando una huella duradera en el corazón y la mente del espectador.
- Cuéntanos sobre las películas que ganaron el Premio este año. ¿Hay algún director que te haya llamado especialmente la atención durante este festival?
La historia explora temas profundamente humanos y universales a través de una narrativa conmovedora y visualmente cautivadora. La película aborda temas complejos relacionados con la justicia social, la resiliencia ante la adversidad y las dinámicas de poder, con una mirada única a la cultura mexicana contemporánea, y una intensa reflexión sobre la resiliencia humana ante un destino prescrito.
Entre las obras destacadas de esta edición se encuentra también “Bajo el cielo gris”, dirigida por Mara Tamkovich. Inspirado en hechos reales, este drama explora la represión política en Bielorrusia a través de la historia de un periodista arrestado después de transmitir en vivo la brutalidad contra manifestantes pacíficos durante elecciones amañadas.
Esta poderosa y conmovedora producción resalta los sacrificios del activismo político y resalta la importancia crítica de la libertad de prensa frente a la opresión. Al mismo tiempo, el director marroquí Hicham Hajji se destacó con “La princesa perdida”, una coproducción marroquí-estadounidense rodada en los majestuosos paisajes de Ouarzazate.
Esta película mezcla misterio y herencia cultural, ofreciendo una historia donde el pasado y el presente se entrelazan para revelar secretos enterrados. Hicham Hajji ha combinado con éxito las tradiciones narrativas marroquíes con una estética cinematográfica internacional, lo que demuestra el potencial de Marruecos como destino cinematográfico y actor clave en la escena cinematográfica mundial.
- El festival ha ido evolucionando a lo largo de los años. En su opinión, ¿qué más se debería hacer para ofrecer más visibilidad a los jóvenes talentos y permitir que sus obras estén mejor representadas?
Durante la 29.ª edición del Festival Internacional de Cine de Autor de Rabat, que se celebró del 8 al 16 de noviembre de 2024, se pusieron en marcha varias iniciativas para incentivar y promover los jóvenes talentos cinematográficos. El festival dedicó una sección a los cortometrajes, lo que permitió a los jóvenes directores presentar sus obras a un público internacional. Esta iniciativa destacó creaciones innovadoras y de calidad, producidas por talentos cinematográficos emergentes.
Además, se han organizado numerosas clases magistrales a cargo de reconocidas figuras de la industria cinematográfica, lo que brinda una valiosa oportunidad para aprender y compartir experiencias. Los oradores incluyeron productores, directores y actores como: Julia von Bohem, Salem Kali, Thomas David y Elaheh Nobakht.
El festival también fomentó el intercambio entre jóvenes talentos y profesionales del sector a través de encuentros y paneles temáticos. Estos debates se centraron, entre otras cosas, en la industria cinematográfica jordana y el cine quebequense.
- ¿Qué tipo de temas o temas has observado en los largometrajes presentados este año? ¿Hay alguna tendencia que te haya llamado especialmente la atención?
Los largometrajes presentados este año exploraron diversos temas, incluidas cuestiones de identidad, luchas sociales y desafíos ambientales. Una tendencia notable es el surgimiento de narrativas centradas en personajes femeninos fuertes, lo que refleja un deseo de resaltar perspectivas que a menudo están subrepresentadas.
- ¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentó como jurado durante este evento?
Como jurado, el principal desafío radica en la objetividad ante la diversidad de los trabajos presentados. Es fundamental juzgar cada película por sus propios méritos, teniendo en cuenta los contextos culturales y las intenciones artísticas de los realizadores.
- ¿Existen proyectos en curso para apoyar a los jóvenes directores en Marruecos?
En Marruecos, varias iniciativas apoyan a los jóvenes directores, como las becas del Centro Cinematográfico Marroquí (CCM) y los programas de formación ofrecidos por instituciones como el Instituto Superior de las Profesiones Audiovisuales y Cinematográficas (ISMAC). En este sentido, los festivales locales también ofrecen plataformas para la difusión de sus obras.
- Para las personas interesadas en la crítica cinematográfica, ¿cómo pueden empezar? En este sentido, ¿qué consejo les darías?
También es importante apoyarse en un análisis técnico y narrativo, centrándose en la construcción de una película (realización, dirección artística, montaje, sonido, etc.) y cuestionando las elecciones estilísticas y narrativas para comprender las intenciones del director. Finalmente, la crítica debe comprometerse con una visión constructiva, que sirva de puente entre la película y su público, iluminando al espectador sin imponer un juicio definitivo, cultivando al mismo tiempo un verdadero amor por el cine.
- En su opinión, ¿cómo podemos desarrollar y enriquecer la formación en crítica cinematográfica en Marruecos?
Estos módulos no sólo deberían cubrir los fundamentos de la crítica cinematográfica, sino también abordar cuestiones más contemporáneas como el análisis de las tendencias actuales del cine mundial, el impacto de las nuevas tecnologías en la producción y el consumo de películas, así como la ética y la responsabilidad. de la crítica en la era digital.
Al mismo tiempo, la creación de revistas especializadas en crítica cinematográfica proporcionaría una plataforma para publicar análisis en profundidad, entrevistas a artistas y reflexiones sobre la evolución del cine, al tiempo que serviría de trampolín para jóvenes talentos.
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