El director de orquesta suizo regresará a París al frente de la formación permanente de Radio Francia, tras un tormentoso paso como director musical de la Ópera de Viena.
Por Sébastien Porte
Publicado el 21 de noviembre de 2024 a las 18:00 horas.
RDe vuelta a casa y adiós a la letra. El anuncio esta mañana del nombramiento de Philippe Jordan como director de la Orquesta Nacional de Francia, a partir de septiembre de 2027, marca dos puntos de inflexión en la carrera del director suizo. Tras un tormentoso paso como director musical de la prestigiosa Ópera Estatal de Viena (2020-2025), este ex asistente de Daniel Barenboïm, nacido en Zurich en 1974, regresará a la ciudad que lo acogió durante catorce años como director de su ópera. la Ópera de París. A lo largo de este largo mandato (2009-2021), supo establecer un fuerte vínculo con el público parisino, gracias a su vivaz liderazgo, su sentido del refinamiento y de los matices, y su personalidad bastante carismática. Este regreso a lo que considera suyo “segunda patria” Por tanto, despierta en él un gran entusiasmo. “Estoy muy feliz de regresar a París, una ciudad donde el público siempre me ha acogido bien”. admite en una entrevista con Mundo. Ya, en 2018, declaró al mismo periódico: “ Me gusta vivir en París. Francia seguirá siendo el país que confió en mí. »
Pero el verdadero cambio de dirección es sobre todo de orden artístico. Con esta designación, Philippe Jordan dio un brusco giro hacia lo sinfónico, abandonando –excepto quizás por un par de producciones invitadas anuales– lo que hasta entonces había sido su especialidad: la dirección de óperas. La obra sinfónica, dedicada enteramente a la intención de un compositor expresada a través de una partitura, se distingue claramente de la obra lírica, donde la orquesta, en su foso, debe demostrar una vigilancia constante y flexibilidad para adaptarse a lo que se toca y se canta en el set. Un salto que, para el maestro suizo, destaca hoy como un “evidencia”, él todavía indica a Mundo.
Una situación insostenible en Viena
Sobre todo porque su puesto en la Ópera de Viena se había vuelto insoportable. Nombrado director musical en 2020, no esperó dos años para señalar que no renovaría su contrato en 2025. En cuestión, su conflictiva relación con el director general Bogdan Roscic, ex presidente de Sony Classical, se revela cada vez más. « divergencias » y“incompatibilidades”. Un clásico, en definitiva, al frente de esta sala legendaria donde oficiaron Gustav Mahler, Richard Strauss, Karl Böhm y Herbert von Karajan, y cuya sucesión de directores es una larga lista de intrigas y portazos. En este caso, la no extensión de Jordan parece ser el resultado del deseo de Roscic de tomar el control de la institución por sí solo. Este último, en la prensa austriaca, había anunciado que quería poner fin al régimen diárquico que prevalece en la cúpula del establishment vienés, para solicitar en el futuro chefs invitados sólo de forma puntual. Jordania, en la vida cotidiana repartidor, había criticado duramente las elecciones escénicas de su empleador, creyendo que el teatro se había comprometido en este asunto “de mala manera fatal”. En su trabajo como director de ópera, cree haber llegado al final de un callejón sin salida, lamentando que las dimensiones teatral y musical ya no se desarrollen con una preocupación por la unidad y la co-construcción, imponiéndose con demasiada frecuencia la primera a la segunda. Demasiadas cuestiones contradictorias y pesadas que gestionar se cruzan en el corazón de la creación operística, el músico prefiere pasar a otra cosa…
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Perteneciente a un estrecho círculo de las batutas más cotizadas del mundo, Philippe Jordan tuvo la oportunidad de perfeccionar su estatura sinfónica cuando estuvo a cargo de la Sinfónica de Viena (2014-2020), en paralelo con la Ópera Estatal de Viena en París. . Allí había producido notables integrales de Brahms y Beethoven y había recreado, con Nicholas Angelich (1970-2022) al piano, el legendario concierto del 22 de diciembre de 1808 durante el cual el gran Ludwig había revelado su demoledora Quintodentro de un programa de cuatro horas. En París sucederá al más aburrido Cristian Macelaru, que dirigió la Natio durante siete años. En 2027, una vez finalizado su contrato, el rumano pondrá rumbo a Ohio, Estados Unidos, para tomar las riendas de la Orquesta de Cincinnati.
Pero ya, sin demora, podremos escuchar a la orquesta este jueves por la noche bajo la batuta de su futuro jefe, con un programa de Messiaen y Bruckner que podría dar algunas indicaciones sobre el rumbo venidero.
Jueves 21 de noviembre, a las 20 h, en la Maison de la Radio et de la Musique, 116, av du Président-Kennedy, París 16ᵉ. Las Ofrendas Olvidadas, por Olivier Messiaen, Sinfonía nº 7, de Antón Bruckner. Dirección: Philippe Jordán.
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