Destaca por su color rojo: el granate de Perpiñán, en los Pirineos Orientales, está protegido desde 2018 por una denominación geográfica única en Francia. Aunque hoy en día las piedras ya no proceden de Francia, los joyeros del granate transmiten con pasión este saber hacer desde hace varios siglos.
Los imprescindibles del día: nuestra selección exclusiva
Cada día, nuestro equipo editorial reserva para usted las mejores noticias regionales. Una selección solo para ti, para estar en contacto con tus regiones.
France Télévisions utiliza su dirección de correo electrónico para enviarle el boletín “Los imprescindibles del día: nuestra selección exclusiva”. Puede darse de baja en cualquier momento a través del enlace al final de este boletín. Nuestra política de privacidad
En las tierras de Virginie Mezerette se esconde un tesoro. El administrador del castillo de Caladroy en Bélesta (Pirineos Orientales) descubrió en sus piedras una joya preciosa, una piedra preciosa: “Sólo tenemos que acercarnos, ella explica. Y encontramos granates en determinadas piedras. Podemos adivinar el color rojo, a pesar de la oxidación.
En los últimos años el granate ha resurgido en los suelos del departamento. En el pasado, supo inspirar a los joyeros de la región y dar origen al granate de Perpiñán: una joya artesanal cuya fabricación es tan singular que no se enseña en las escuelas de joyería.
Catherine Calvet, joyera de Prades (Pirineos Orientales), vende anillos, colgantes, collares y pulseras de granate. Desde 2018, la denominación está protegida por una indicación geográfica (IG), lo que constituye un valioso reconocimiento para esta institución familiar de fabricantes de granates.
“Te permite darte a conocer, asegura el joyero. Habrá un efecto bola de nieve. Cuantos más haya, más gente buscará esta cualidad”. En la joyería Calvet, el saber hacer se transmite desde hace dos siglos. Porque para obtener la IG, el único criterio es el montaje de las joyas. Debes rodear la piedra con una fina tira de oro de 18 quilates, el engaste, que adorna el granate.
Porque las gemas, en realidad, proceden principalmente de Mali. “En el siglo XIX las piedras ya no procedían de la región, asegura Jean-Michel Calvet, fabricante de granates de la joyería Calvet. Entonces no es nuevo. Las IG protegen el conocimiento y no los materiales utilizados”.
Otra especificidad: para resaltar el brillo del granate, los joyeros utilizan un paillon, una pequeña lámina que permite reflejar la luz detrás de la piedra. Hoy en día, sólo una decena de fabricantes de la región perpetúan el know-how, de ahí el precio de venta, a veces elevado. El granate de Perpiñán se vende entre 200 y 3.000 euros, para los modelos más preciosos.
Escrito con Marie Justet
Related News :