El Tribunal de Cuentas del cantón de Vaud examinó la gestión de las subvenciones para la mejora de las tierras agrícolas (AF). Aunque las conclusiones de su auditoría fueron bastante positivas, detectó lagunas en términos de seguimiento y control sobre el terreno. Hizo ocho recomendaciones para abordar este problema.
El Tribunal de Cuentas se centró en dos créditos marco por un total de 54 millones de francos entre 2019 y 2023. “La auditoría concluye que las entidades controladas examinan las solicitudes con diligencia y rapidez. Sin embargo, existen importantes posibilidades de mejora”, escribió. en un comunicado de prensa el miércoles.
Los subsidios del FA para la construcción de infraestructura agrícola afectan a dos tipos de beneficiarios. Se trata, por un lado, de autoridades públicas que desean, por ejemplo, reparar un camino agrícola municipal y, por otro, de empresarios individuales que desean construir un establo, un foso de estiércol o incluso un lavadero.
Tres actores bajo el microscopio
Se auditaron tres entidades. En primera línea estuvo la Dirección General de Agricultura, Viticultura y Veterinaria (DGAV), responsable del otorgamiento, gestión y seguimiento de estas subvenciones.
La DGAV examina las solicitudes de las autoridades públicas. Las solicitudes de los agricultores individuales pasan por la Oficina de Crédito Agrícola (OCA), filial de la asociación Prométerre. Por lo tanto, este último también fue auditado.
Finalmente, la Dirección General de Medio Ambiente (DGE) también estuvo en la mira del Tribunal de Cuentas, porque en ocasiones paga subsidios además de los de la DGAV. Además, la DGE está llamada a emitir condiciones para los permisos de construcción, previo a los subsidios de la DGAV.
Vigilancia que señala con el dedo
Si bien el examen de las solicitudes inspiró palabras elogiosas por parte del Tribunal de Cuentas, identificó “aspectos (…) que podrían mejorarse” en la gestión de estas ayudas. El Tribunal critica así a la DGAV por no incluir plenamente el desarrollo sostenible en los criterios de adjudicación, “a pesar de las leyes vigentes”. Considera además que la DGAV “debería negarse sistemáticamente a subvencionar un proyecto del FA que incurre en un incumplimiento de la legislación sobre contratación pública”.
El Tribunal señala además que “la DGAV no ejerce su misión de alta supervisión sobre la gestión de las subvenciones, la conformidad de la ejecución de las obras y el control del mantenimiento de las obras subvencionadas”. Se delega externamente a la OCA una tarea “tanto más esencial en el marco de la tramitación de las solicitudes”. También fue criticado por no cubrir “el riesgo de ineficacia de la subvención, es decir, la diferencia entre el uso previsto y el uso real” de un proyecto.
La División de Biodiversidad y Paisaje de la DGE también fue señalada por la Corte. En efecto, a pesar de sus “capacidades de seguimiento y control para la protección de la naturaleza y del paisaje” y de que impone condiciones a los responsables de un proyecto del FA, “no controla la ejecución artística”. En cuanto a la OCA, llamó la atención de los auditores por haber “detenido sus controles de campo desde 2021”.
Mejoras para finales de 2025
Las tres entidades fiscalizadas ya han tomado medidas durante la auditoría, escribe el Tribunal. Sin embargo, formuló un total de ocho recomendaciones: seis a la DGAV “para que cumpla con sus misiones de vigilancia (…) y control”, una a la OCA relativa a la reanudación de las visitas sobre el terreno y una a la DGE relativa a un mejor seguimiento de requerimientos de biodiversidad.
Las entidades interesadas aceptaron las recomendaciones. Deberían haberlas aplicado a finales de 2025. En un comunicado de prensa, el Consejo de Estado también afirmó que había tomado nota de las recomendaciones. Considera la auditoría “como una oportunidad de mejora continua en los procesos de gestión de mejora del suelo”. Ya están en marcha varias medidas y proyectos para responder a los desafíos identificados en la auditoría, subraya el gobierno.
Precisa que los criterios de sostenibilidad “ahora están integrados en el nuevo reglamento sobre medidas financieras a favor de la mejora del suelo, que entró en vigor el 1 de enero de 2024”.
El cantón de Vaud distribuye cada año más de 10 millones de francos en subvenciones del AF para la construcción de infraestructuras agrícolas. Desde 2010, el Gran Consejo ha aprobado seis créditos marco por un total de 193 millones de francos, mientras que el Consejo de Estado debería comprometer otros 30 millones de aquí a 2029.
Este artículo fue publicado automáticamente. Fuente: ats
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