Habla rápido, como si el tiempo se acabara, y tiene una mezcla de ira, energía y tristeza en su voz. El día que nos comunicamos con él por teléfono, a principios de noviembre, Mosab Abu Toha está en San Francisco, de gira para promocionar Bosque del Ruido (Ediciones Knopf, no traducidas), su última colección de poemas, que acaba de publicarse en inglés. Unos días después viajó a Francia para hablar del precedente, Lo que encontrarás escondido en mi oído (Julliard, traducido del inglés por Eve de Dampierre-Noiray).
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Publicada en 2022 en Estados Unidos, esta colección de reportajes poéticos nos sumerge, con palabras que destacan aún más que las imágenes que nos llegan hoy, en su vida cotidiana en Gaza. Estos textos fueron escritos antes de las masacres de Hamás, el 7 de octubre de 2023, y de la sangrienta respuesta del ejército israelí en su territorio y en el propio, pero en la larga letanía de acontecimientos bélicos que han marcado su existencia, independientemente, en última instancia. La violencia que describe Mosab Abu Toha está en su corazón y en su carne desde su nacimiento, hace treinta y dos años, en el campo de refugiados de Al-Shati, en el norte de la Franja de Gaza.
« Obviamente este viaje será mi primera vez en París. ¡Soy palestino! Hasta los 27 no pude salir de mi país”. él explica. Solicitó y recibió una visa Schengen el mes pasado mientras asistía a un festival de poesía en Grecia. Cuando se le pregunta cómo está, su respuesta estalla: “ Mejor que los miembros de mi familia que permanecieron en Gaza. » En noviembre de 2023, el escritor emprendió el camino del exilio junto a su esposa y sus tres hijos. Ahora viven en Estados Unidos, no lejos del campus de la Universidad de Syracuse, en el estado de Nueva York, donde Mosab Abu Toha se graduó en 2023 y donde hoy enseña.
Inglés, es sésamo.
Desde hace varios meses aparece en las páginas de neoyorquino una crónica irregular de su existencia. También ha escrito artículos en el New York Times y el Correo de Washington. Pero las palabras poéticas lo abandonaron. “No encuentro el tiempo, el dijoy luego todo mi trabajo en este momento está en inglés. Dado que los medios occidentales no están haciendo su trabajo [rendu très difficile par la situation matérielle sur place ainsi que par les limitations imposées par Israël pour accéder au terrain]Me convertí en reportero. Leo las noticias en árabe, las traduzco y las publico en las redes sociales… Es un poco como si Ana Frank, en lugar de escribir su diario desde su escondite en Amsterdam, hubiera publicado su vida diaria en Facebook. Mis compatriotas están perdiendo la vida, pero también su pasado, su presente y su futuro, y si no hago algo para que sus historias sean vistas, la gente no sabrá lo que está pasando. »
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