Durante mucho tiempo se ha ignorado la vida sexual de las personas mayores. Y si las personas mayores son sorprendidas teniendo relaciones sexuales, la vergüenza está más del lado de la intrusión que del lado de la pareja. “Los infantilizamos. Cuando ya no somos útiles para la sociedad, ya no se nos ve como una persona completa y nuestras necesidades primarias, como la sexualidad, se borran.analiza Carole Martínez.
Con el tiempo, el velo del tabú se levanta. Incluso el ámbito médico tiene en cuenta la sexualidad de los jubilados. “Estamos 30 años después del Viagra. El sentimiento de impotencia en los hombres y la sequedad vaginal en las mujeres impedían continuar haciendo el amor. Ahora hablamos más fácilmente de estas dificultades y existen medicamentos para remediarlas”.indica Valérie L’Heureux, sexóloga y terapeuta sexual. “También hay menos optimismo entre los equipos sanitarios”.
La sexualidad evoluciona con la edad: ciertas posiciones se vuelven físicamente complicadas, los hombres son más lentos y tienen dificultades eréctiles, las mujeres se conocen mejor a sí mismas. “Las expectativas ya no son las mismas. Estamos en la noción de puro placer”finaliza Carole Martínez. “Las personas mayores no tienen tabúes respecto al sexo. Además, hay un aumento de las ETS entre las personas mayores porque no crecieron con los años del SIDA”.
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