Su presencia parece casi incongruente en las cárceles del “Bastion”, sede de la policía judicial parisina (PJ), cerca de la Porte de Clichy. Este 24 de julio de 2024, la escritora Nathalie Rheims, 65 años, figura esbelta, peinado perfectamente cuidado, está a punto de pasar su primera noche bajo custodia policial. Hija de un académico, descendiente de los Rothschild, autora de éxito y coleccionista de arte riquísima, aquí es convocada para explicarse sobre la cuestión de la herencia de su excompañero Claude Langmann, conocido como Berri, famoso cineasta y productor, pero también Compradora compulsiva de obras contemporáneas, murió en 2009. Se la sospecha de “abuso de confianza”, e incluso de “robo organizado por bandas”. Todo en detrimento de uno de los hijos de Berri, Thomas Langmann. También productor de cine, presentó una denuncia en 2016, iniciando el procedimiento que hoy sigue a Nathalie Rheims.
Enclaustrado en su suntuosa mansión parisina, donde El mundo Lo he visto varias veces, Thomas Langmann tiene ojeras. Sus noches están atormentadas por pensamientos oscuros, rumiados durante años. Le cuesta ubicar el momento en que apareció la obsesión.. “Me robaron mi herencia y antes se aprovecharon de la debilidad de mi padre”repite una y otra vez. Una certeza: la guerra es ahora total entre los dos clanes.
Thomas Langmann también sabe que será enterrado en la cripta Rassam –la rama materna de su árbol genealógico– en Montfort-l’Amaury (Yvelines), el mismo lugar donde vivió su madre Anne-Marie (la primera esposa de Claude Berri), su hermano Julien, su tío Jean-Pierre, este linaje de grandes víctimas de quemaduras de la vida, a quienes venera. Para él no es posible estar cerca de los Langmann, en el lugar donde fue enterrado su padre. Está en juego un patrimonio estimado en 82 millones de euros, o incluso mucho más, ya que las subastas pueden hacer subir los precios.
Lea también la primera parte de nuestra serie “Sucesión Berri, el odio como legado” | Artículo reservado para nuestros suscriptores. Thomas Langmann, un heredero y sus fantasmas
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Thomas Langmann, el productor de cine francés más de moda en los años 2000 (El artista, Astérix…), intenta poner en orden sus pensamientos. “La emoción empaña mis palabras”dijo, sentado frente a sus múltiples pantallas de computadora; realmente lo necesita, ya que está ahogado en documentos, cartas, vídeos, grabaciones de audio, fotografías de obras de arte… Todo ello dedicado a su búsqueda de venganza.
¿Por qué de repente ir a la guerra contra su medio hermano, Darius Langmann –hijo de Sylvie Gautrelet, que fue durante un tiempo pareja de Claude Berri–, su “suegra” Nathalie Rheims, o incluso su tía, Arlette Langmann, después de tanto tiempo todo validado? De hecho, Thomas Langmann arrastra consigo muchos años dedicados a firmar escrituras notariales de todo tipo sin dudarlo; entre enero de 2009, fecha de la muerte de Claude Berri, y julio de 2015, inicio de las hostilidades por la herencia, aceptó todas las etapas de esta sucesión ahora cuestionada.
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