“Perfecta” es una palabra que escucharemos a menudo en este documental dedicado a la reina del arte de vivir. Destacado en Netflix, Martha Stewart, un ícono americano abre una puerta a un universo impecablemente pulido. Sin embargo, es detrás de escena, donde el barniz se resquebraja, donde el documental interesa, al presentarnos el ascenso, la caída y los rebotes de un eterno luchador.
Publicado a las 19:30 horas.
Martha Stewart, de 83 años, dejó su huella en la cultura popular. Educadora del arte de vivir, influencer mucho antes de su tiempo, fue la primera en crear una galaxia de productos y contenidos en torno a una persona. Llevamos 50 años oyendo hablar de ella, recuerda el documental. Y estas cinco décadas habrán sido dignas de un culebrón americano.
Es gracias a un agudo sentido de la belleza y la bondad, y a una búsqueda incansable de la excelencia, que Martha Stewart ascendió de rango. “No me gustan las evasiones, el despilfarro, la incompetencia, los delantales, la falta de paciencia y de atención a los detalles…”, enumera la actual Martha Stewart, cuando le piden que hable sobre lo que le irrita. La lista es larga.
Adicta al trabajo, exigente, incluso intransigente, la diosa del arte de vivir no siempre tiene la delicadeza de sus creaciones, como vemos. Por otro lado, aplica el mismo ardor a labrar su jardín que al frente de sus tropas, entregada enteramente a una misión de perfección que la ha convertido en una de las mujeres más ricas y poderosas del planeta.
¿Regresión o avance feminista?
El fenómeno Martha Stewart es divisivo, revela esta producción. Feminista para algunos, molestia para el discurso progresista para otros que la critican por producir “pornografía para amas de casa”, la señora no deja indiferente a nadie.
Al revivir lo “hecho a mano” y elevar los estándares que rodean el mundo doméstico, Martha Stewart también aumentó las expectativas y la presión para actuar, según sus críticos.
Se describe a sí misma como una feminista moderna y responde que, en cambio, ha mostrado una cara rica y desinhibida de las artes domésticas, en las que la mujer no es sumisa a su entorno, sino que tiene el control.
Lejos del clásico papel de ama de casa, ella misma demuestra tener más éxito en los negocios que en su vida personal. Criada en el rigor impuesto por un padre exigente, inspirada por una madre que era una excelente cocinera, Martha Stewart observó y absorbió. Modelo para mantener a su familia y estudiante de arte, se casó con el rico Andy Stewart a los 19 años y se convirtió en madre, lo que ella describe como el comienzo de su vida. Sin embargo, lucha por encontrar la felicidad en la maternidad.
En 1968, consiguió un trabajo en Wall Street, donde los baños de mujeres aún no existían, y ganaba 250.000 dólares al año. Sin embargo, un error de su parte la lleva al agotamiento profesional. Se muda a Connecticut, donde la espera una granja en ruinas, que renueva de arriba a abajo y luego se propone convertirse en la anfitriona perfecta. “Es esta propiedad la que me ha hecho quien soy”, dice. Así nació Martha Stewart.
Dotada para el arte de vivir y entretener, fundó su servicio de catering y lo convirtió en un negocio próspero. El resultado es un libro, un programa de televisión, una gama de productos y revistas. Ahora divorciada, se entrega en cuerpo y alma al trabajo y construye su imperio. Martha Stewart Inc. se basa en una sola mujer, omnipresente y omnipotente, cuyo universo tradicionalmente femenino pronto cotizará en bolsa.
El que amamos odiar
Martha Stewart Inc. es una historia de poder femenino que fascina tanto como sus gallineros de cinco estrellas. Poderosa, tenaz y ambiciosa, la diosa del arte de vivir es tanto odiada y celosa como admirada.
Sospechosa de abuso de información privilegiada, fue condenada a principios de los años 2000 a cinco meses de prisión. Este escándalo suscitó dudas sobre su verdadera culpabilidad. Algunos, incluido el principal interesado, lo ven como una “caza de brujas” y un placer malsano al ver fracasar a una “señorita perfecta” o un intento de desacreditar a la primera mujer multimillonaria del país.
“Me han descrito como una mujer autoritaria, estricta, exigente y con otras cualidades que hacen que uno tenga éxito en la vida”, dice la mujer que no siempre se presenta de manera comprensiva en este documental. Ella responde “culpable” sobre estos puntos, al tiempo que plantea la pregunta: ¿habría sido acusado de lo mismo un empresario?
Martha Stewart perdió gran parte de su fortuna en esta debacle que dejó una huella imborrable en su imagen, que pasó de divina a mortal.
Tras su liberación, se recuperó de su caída apoyándose en el autodesprecio: presentó programas en los que parecía relajada, colaboró con el rapero Snoop Dogg y se convirtió en la primera abuela sexy en la portada de deportes ilustrados. Martha Stewart domina mejor que nadie los códigos de las redes sociales. Como era de esperar, pudo resurgir de sus cenizas, pero sentimos un poco de amargura en ella. “La cuestión no es si la perfección es accesible”, menciona uno de los oradores, “sino ¿a qué precio? »
Aunque fascinante, el soberano del arte de vivir es también el de esta producción que sólo deja espacio a otras en voz en off. La elección de ilustraciones para representar ciertos momentos también es molesta, pero no perderemos la oportunidad de conocer más sobre el detrás de escena que rodea a esta mujer excepcional.
Netflix
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