El 12 de mayo de 2023, Lindsay, una colegiala de Vendin-le-Vieil (Paso de Calais) acabó suicidándose, tras haber sufrido un año de acoso escolar. A través del caso de la joven adolescente, el documental Lindsay, la mecánica del acosotransmitido este jueves 7 de noviembre por Francia 2 con motivo del Día Nacional Contra el Bullying Escolar, analiza las diferentes etapas por las que atraviesan la mayoría de las víctimas. Desde riñas en el patio del colegio, rumores en las redes sociales, hasta intentos de suicidio.
La oportunidad de escuchar a voluntarios y padres que han decidido movilizarse para mover las filas. Una palabra fuerte que nos hace reflexionar sobre nuestra responsabilidad colectiva. La velada continúa con un debate moderado por Julian Bugier sobre las causas y los medios de acción.
¿Cómo empezó a interesarse por el tema?
France Télévisions quiso homenajear la jornada nacional contra el acoso escolar. Entonces sugirió que hiciéramos una película sobre el tema. Al principio quería centrarme en el asunto Lindsay. [.]. Pero al encontrarme con familias y asociaciones, me dije que sería interesante convertirlo en un hilo conductor que nos permitiera abordar otras historias.
¿Por qué es emblemático el caso de Lindsay?
Cuando hablamos de víctimas de acoso escolar, a menudo imaginamos a jóvenes de color o con sobrepeso. En realidad, quienes son acosados no siempre tienen una diferencia visible. Lindsay no tenía ningún perfil de víctima. Era una joven que se sentía bien consigo misma y tenía amigos. Cualquiera que haya sufrido acoso escolar puede identificarse con su historia.
¿Por qué entonces añadir otros casos?
Cada uno de los diversos testimonios de apoyo ilustra un ángulo particular. Por ejemplo, ¿respondemos a la violencia con violencia? Son tanto más poderosos porque provienen de personas con perfiles muy diferentes: niños, niñas, adolescentes y personas mayores. Esto permite universalizar el tema, ofrecer una perspectiva sobre las consecuencias del acoso, pero también mostrar cómo ha cambiado la visión de la sociedad sobre este problema.
¿Cómo convenció a las víctimas para que testificaran?
Primero los llamé por teléfono. Tuvimos que explicarles el proceso y ganarnos su confianza. Luego nos vimos. Primero sin cámaras, luego con ellas. Volver a hablar de su historia no fue fácil para ellos porque los volvía a colocar en la posición de víctimas. Pero aceptaron entregarse para evitar que otros sufrieran la misma suerte.
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¿Qué recuerdas de sus testimonios?
Que el fenómeno puede afectar a todos y dejar huellas imborrables. De ahí la importancia de actuar con rapidez. Hoy en día existen varias soluciones, como la número 3018 o el programa Phare, un plan de prevención y acción contra el acoso y el ciberacoso entre estudiantes desplegados en las escuelas. No va a resolver el problema, pero si un niño en un jardín se levanta para proteger a un amigo, podría salvar una vida.
Francia 221 h.
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