AquellosTeatro en Lausana y Ginebra –
Una sátira de Dürrenmatt se burla de los defectos de la democracia
En Vidy, antes de La Comédie, Giulia Rumasuglia puso en escena “Hércules”, una obra poco conocida del escritor, creada en francés por Charles Apothéloz para la Expo 64.
Publicado hoy a las 10:27 am.
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- Giulia Rumasuglia revisita la obra de Dürrenmatt “Hércules y los establos de Augias”
- La obra, creada en Zurich en 1963 y producida un año después en francés como parte de la Expo 64, critica la burocracia suiza.
- Para cuestionar el antiguo mito, Giulia Rumasuglia transforma a Hércules en mujer.
- En 2024, esta sátira se actualiza en el Théâtre de Vidy de Lausana.
En la mitología, Hércules es un semidiós, célebre por la hazaña de los famosos doce trabajos. Bajo la pluma afilada de Dürrenmattel héroe está cansado, plagado de deudas. Aquí lo contratan para limpiar no los establos de Augías, sino Elis, un país cubierto de estiércol maloliente. Muy rápidamente, el hijo de Zeus fue derrotado por bloqueos administrativos y comités parlamentarios. En la farsa, Élide tiene un sorprendente parecido con Suiza…
Sátira mordaz de una democracia fragmentada, socavada por una burocracia kafkiana, “Hércules y los establos de Augías” causó un gran revuelo cuando se estrenó en el Schauspielhaus de Zurich en 1963. Un año después, la obra, traducida al francés, reveló su fuerza mordaz. haciaExpo 64 en Lausana, en una producción de Charles Apothéloz (leer enmarcado). Desde entonces, el pabellón de la Exposición Nacional se ha transformado en el Teatro de Vidy, bajo la dirección del director vaudois (1922-1982).
farsa trágica
Es entre estos muros donde, sesenta años después, Giulia Rumasuglia reactiva la versión radiofónica de la obra. En esta variación contemporánea, Hércules se convierte en mujer (interpretada por Lisa Veyrier). “Para mí era una forma de trabajar en torno a la imaginación de la figura de Hércules”, describe el director. Me permitió cuestionar el mito, pensar en cómo vaciarlo y llenar ese vacío”.
El héroe representado por Dürrenmatt está cansado, agotado por su propia gloria. Giulia Rumasuglia cuestiona las imágenes que se proyectan sobre este personaje adorado, invencible, campeón de la virilidad. Sin embargo, al final de la obra, derrotado, se encuentra levantando pesas en un circo al borde de la quiebra. El circo como espejo de una sociedad que da vueltas sobre sí misma. La amarga farsa se vuelve trágica.
discurso ahumado
“¡Bajemos!” En la obra, el estiércol simboliza las paradojas de la prosperidad. La abundante producción ganadera y lechera genera estiércol maloliente. En su lectura, Giulia Rumasuglia lo relaciona con la falta de aire. “Me influyó el ensayo “Respire”, de Marielle Macé. Evoca nuestro mundo donde la respiración se ha convertido en una cuestión social. Ahora bien, ¿qué nos detiene? Los discursos llenos de humo”. Otra inspiración, Virginie Despentes y su manifiesto “Nada me separa de la mierda que me rodea”. “En este texto, critica la propaganda y apela a la gentileza como medio para escapar del fascismo”.
Producir “Hércules” en 2024 también significa actualizar un repertorio que resuena muchos años después. Surgen temas de actualidad, como la figura del extranjero. En Dürrenmatt, Hércules es un tipo arruinado que viene de otro lugar para limpiar la suciedad de un país que no es el suyo. “Esperamos que se vaya después de haber hecho su trabajo”. Sesenta años después de la creación de la obra, el dramaturgo bernés no ha perdido nada de su brío.
Lausana, Théâtre de Vidy, del 6 al 23 de noviembre. www.vidy.ch
Charles Apothéloz, Hércules y la encuesta de Gulliver
Cuando Charles Apothéloz eligió la obra “Hércules y los establos de Augías” para la Exposición Nacional de Lausana de 1964, todavía no era consciente de hasta qué punto la ficción de Friedrich Dürrenmatt tendría eco en los acontecimientos actuales. Porque, en aquel momento, el director del Centro Dramático Francés (CDR), lideraba paralelamente un proyecto emblemático, la Expo 64, la “Encuesta Gulliver”.
A partir de 1959, los organizadores encargaron al hombre de teatro la tarea de diseñar un importante estudio etnosociológico con el objetivo de dibujar un retrato de los suizos. El cuestionario, con ochenta preguntas sobre temas como la neutralidad, el aborto o la objeción de conciencia, se envía a 1.200 personas. Las respuestas, desmontadas por ordenador, sirven de material para el juego imaginado por Charles Apothéloz para la Exposición Nacional.
Así, en 1964, el juego “Un día en Suiza” invitaba al público a rellenar el cuestionario y colocarlo en una estatua que representaba al gigante Gulliver, diseñada por el escultor Jean Monod. El objetivo de Apothéloz era recopilar miles de respuestas y compilarlas para crear una visión general de la población suiza. Aquí es donde la cosa se complica… El hombre del teatro sufre de frente la censura. “De hecho, parece que los círculos reaccionarios se han asustado por las posibles consecuencias de una investigación de esta escala. […]analiza el historiador del teatro Joël Aguet en “Cris et Écrits”, una colección de textos de Apothéloz. Esta encuesta corría el riesgo de cuantificar el alcance del conformismo suizo o, peor aún, de revelar inclinaciones progresistas demasiado fuertes”.
Es en este contexto tormentoso que el director monta “Hércules y los establos de Augías”. “Es una buena idea”, escribe Joël Aguet, “basándose en la cáustica farsa de Dürrenmatt, “poner en la picota las estructuras políticas y mentales responsables de la dolorosa inercia de las potencias suizas”.
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