Escritor y médico en Toulouse, Baptiste Beaulieu nació en 1985. “A tres años de la despenalización de la homosexualidad”precisa. Tenía 9 años cuando, sentado frente a la película del domingo por la noche con toda su querida familia, falleció. La jaula loca. “¡Puaj! ¡Me da asco! »dice de la pareja homosexual, esperando ser contradicho por sus padres, quienes le dejaron decirlo. Los padres también educan a sus hijos con lo que no dicen.
En su nuevo libro, precisamente titulado No todos los silencios hacen el mismo ruido (L’Iconoclaste, 376 páginas, 20,90 euros), el médico conocido por su presencia online (primero un blog, una cuenta de Instagram con 400.000 suscriptores) y por sus columnas en France Inter (hasta junio) reacciona a las preguntas aparentemente benévolas que los homosexuales escuchan con frecuencia, especialmente cuando están formando una familia. Hoy, Baptiste Beaulieu está casado, tiene un hijo de 15 meses y fue donante en el marco de la procreación médica asistida (PAM) de una pareja de amigas, hoy madres de una niña de 3 años.
¿La primera vez que te sentiste padre?
Una noche mi hijo estaba llorando. Debía tener poco más de 1 mes. Sentí que tenía frío, lo abracé contra mí y se volvió a dormir. Lo que me hizo sentir padre fue comprender su necesidad y estar ahí para satisfacerla. Es muy poderoso ese momento en el que empiezas a cuidar de alguien más que de ti mismo: es una responsabilidad abrumadora, pero también se siente bien descentrarte, de dejar de ser el personaje principal de su historia.
Usted escribe que el deseo de paternidad entre los hombres, homosexuales o heterosexuales, sigue siendo un no tema…
Sí, de vez en cuando veo hombres que necesitan niños en la oficina. Es algo muy visceral, muy íntimo. Por mi parte, nunca había planeado la paternidad y no sé cómo sucedió. Creo que surgió al llevar un bebé en brazos, a mi consultorio, para examinarlo.
Como médico, vi niños que no parecían amados, digamos celebrados como deberían ser, y me dije acerca de los padres: “Parece muy fácil para ellos tener un hijo, y lo son”. arruinando esta oportunidad…” Empecé a buscar de dónde venían estos sentimientos, antes de reconocer mi deseo de estar cerca de un niño.
En tu libro, tu Tenga en cuenta que nadie cuestiona la disposición de las personas heterosexuales a ser buenos padres…
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