Mil: este es el número que muestra el contador de visitas de la web de Omer Pesquer. Se encargó de tomarle una captura de pantalla, para la posteridad. Es 1997 y en aquel momento, recuerda, “Mil visitantes, fue una locura”.
Su página con un fondo rosa pastel, creada para el diseñador Stéphane Blanquet, se alojó luego en Geocities, una de las plataformas web más populares de la época. “Los colores eran llamativos, puse gifs animados, patrones repetidos… Desde entonces, la Web se ha vuelto muy limpia”. observa este parisino de 58 años, que empezó a crear sitios muy pronto, en una época en la que Internet empezaba a implantarse en los hogares franceses.
“Había un lado un poco punk: no sabíamos cómo hacerlo, nos las arreglábamos, nos divertíamos, no teníamos miedo. Geocities fue una especie de período alegre, ingenuo y creativo. No nos dimos cuenta de que éramos pioneros. » Gracias a su captura de pantalla, su sitio permaneció congelado en el tiempo y, afortunadamente, como todos los demás, fue simplemente eliminado cuando Geocities cerró hace quince años.
“Ahora tenías un hogar en la web”
La aventura de Geocities comenzó en noviembre de 1994. David Bohnett, un informático estadounidense con formación empresarial, se apasionó por una innovación de la que escuchó a través de una revista: la Web. Una maravilla, para quien confía mundo haber sido “Celosos del Minitel francés”. Con el informático John Rezner fundó la empresa Beverly Hills Internet, que ofreció a algunas empresas la posibilidad de alojar sus primeras páginas web. No se detendrá ahí: “Me dije: ¿por qué no permitir que la gente cree y aloje su sitio de forma gratuita? Probablemente había otras personas tan fascinadas como yo por esta ventana al mundo, pero no sabía cuántas. Fue una sorpresa maravillosa. »
El éxito es deslumbrante. “Tan pronto como alguien se registraba, mi computadora hacía “¡ding!”. Me encantó, fue “¡ding!” y nuevamente “¡ding!”, luego comenzó a hacer “¡ding!” diez veces por segundo, veinticuatro horas al día. » Más allá de ser gratuito, una de las claves del éxito del servicio reside en su organización en “distritos”, en los que el internauta debía registrar su página: “Hollywood” para los sitios de cine, “SiliconValley” para los de informática, “Tokyo” para animación japonesa, etc. Para adaptarse mejor a esta idea, la empresa pasó a llamarse Geocities en 1995.
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