La cultura da forma a la identidad de las personas y, por tanto, a la nación. Cuando decimos un pueblo, lo que se esconde detrás es una identidad cultural. Desempeña un papel importante en la lucha contra la desinformación.
“La cultura desempeña un papel esencial en la lucha contra la desinformación al promover una mejor comprensión de los valores, contextos e identidades de los individuos y las comunidades”, explica la verificadora camerunesa Bienvenue Atchinale Adama. En la transmisión de valores, indica que “la cultura transmite valores de integridad, verdad y respeto que conciencian a los ciudadanos de la importancia de buscar información fiable”. En cuanto a la educación a través de las artes, nuestro interlocutor afirma que “formas de expresión cultural como el teatro, el cine, la música y la literatura pueden educar sobre los peligros de la desinformación y desarrollar el pensamiento crítico”. Por ejemplo, dice, “las obras de teatro o los documentales sobre los impactos de las noticias falsas pueden aumentar la conciencia pública”.
“No hay ningún ámbito que esté mejor situado para luchar contra los estereotipos y la desinformación”, afirma Paul Pisseti Sagna, artista y empresario senegalés. Por su parte, Keving Young, director del Museo Nacional de Historia Cultural Afroamericana, está convencido de que “se pueden derribar los estereotipos y contrarrestar la información errónea”.
La cultura, un medio para combatir la desinformación
“El arte y la cultura en general pueden utilizarse para unir a las personas y las comunidades y, al mismo tiempo, promover la comprensión y la aceptación”, explica Mbang Ngoutane, periodista camerunés que vive en Chad. Según él, “es importante saber utilizar esta poderosa herramienta”.
En la misma línea, Bienvenue Atchinale afirma que “la cultura fomenta las interacciones entre grupos y promueve debates abiertos que permiten comparar puntos de vista y desmitificar rumores”.
Papel de los medios de comunicación en la lucha contra la desinformación
En un mundo donde las redes sociales son una fuente importante de información y desinformación, saber distinguir los hechos de las mentiras es una cuestión democrática importante. En esta labor educativa, los medios de comunicación deben desempeñar plenamente su papel. “Los medios de comunicación son actores clave en la lucha contra la desinformación, porque tienen una influencia directa en la forma en que se percibe y difunde la información”, dice la verificadora camerunesa Bienvenue Atchinale. “Los medios educan al público para decodificar la información, comprender las fuentes y evitar compartir contenidos cuestionables”, añade.
Para el analista político Ben Mactar Diop, “los medios de comunicación tienen un papel preponderante en esta concepción cultural de la información”, en este sentido, afirma, “los medios de comunicación están en el corazón de las sociedades, en el corazón de la humanidad”. Según él, “los medios guían, dan forma al mundo”.
“Los medios de comunicación deben reflejar la riqueza de las culturas locales e internacionales para reducir los estereotipos que a menudo alimentan la desinformación”, añade la verificadora Bienvenue Atchinale. Al ser fuentes fiables, indica que “los medios fortalecen la confianza de los ciudadanos y les animan a obtener información de ellos y no de plataformas dudosas”.
Una necesidad de colaboración con los actores culturales
“Los medios de comunicación pueden amplificar el mensaje de los artistas y las organizaciones culturales que crean conciencia sobre la desinformación”, dice la Bienvenue Atchinale de Camerún. “Hemos entendido la importancia de la desinformación, pero hay muchas cosas que se están haciendo a nivel mediático y estamos trabajando mano a mano para combatir la desinformación y deconstruir prejuicios”, explica Yetide. Badaki, escritora y actriz nigeriana. Y agregó: “las historias nos ayudan a conocernos mejor a nosotros mismos y cuando conozcamos nuestra historia podremos combatir los estereotipos y la desinformación”.
Si la verificación de hechos y palabras se está convirtiendo progresivamente en una práctica abierta al profano, todavía queda mucho por hacer para integrarla en la educación general de la población. Por otro lado, en muchos países donde la información y las redes sociales se monitorean cuidadosamente, la línea entre el control de la información y la desinformación es muy porosa.
Foto de Emmanuel Ikwuegbu en Unsplash