“Por suerte mis hijos no estaban”

“Por suerte mis hijos no estaban”
“Por suerte mis hijos no estaban”
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Aunque se encuentra a miles de kilómetros del desastre, a Patrick Bruel le resulta difícil evitar la cuestión de los incendios en Los Ángeles. Según indicó en sus redes sociales sin mayores comentarios, su casa estadounidense fue arrasada por las llamas. Apenas instalado en la improvisada sala de prensa entre bastidores de los conciertos de Enfoirés en la Arena de Montpellier (Hérault), este domingo 19 de enero acepta hablar de ello con calma.

“Hice bien en posponer mi salida allí una semana para participar en Les Enfoirés, aunque eso no alivia el dolor, que es muy, muy fuerte”, confiesa. Incluso si obviamente siempre nos decimos a nosotros mismos que no somos los más dignos de lástima, eso no quita la violencia de la cosa. Son ocho años de vida, preparación, instalación allí… y luego recuerdos. Cosas íntimas. Nos decimos que como no hay víctimas todo está bien. Es material. ¡Pues no! No es sólo material. Una lavadora no es gran cosa. Lo cambiamos. Pero los dibujos infantiles, por ejemplo, ya no los tenemos. »

“Por suerte, mis hijos, Oscar y Léon, no estaban. El primero fue conmigo en Francia. El segundo se disponía a tomar el avión. Se ofreció a darse la vuelta para ver qué pasaba en el acto. Le dije: No te das la vuelta ante nada. No vas a añadir más angustia a la angustia », dice con voz tranquila.

“Estaré allí la próxima semana”. La zona todavía necesita ser accesible”, continúa después de sentir, aquí en Montpellier, el calor humano y el confort que deseaba encontrar con sus amigos. “Cuando llegué me rodeó mucha ternura y amor, como siempre nos pasa a todos. Esto es un poco como el denominador común de nuestra aventura. Para mí, es conmovedor y reconfortante”, añade antes de detallar esta edición de 2025 de Les Enfoirés. El show debe continuar.

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