Bruguières. El fenómeno Viktorovitch, dos veladas seguidas en Bascala

Bruguières. El fenómeno Viktorovitch, dos veladas seguidas en Bascala
Bruguières. El fenómeno Viktorovitch, dos veladas seguidas en Bascala
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lo esencial
El ensayista actuará esta tarde y mañana por la tarde en un Bascala que lleva varios días con las entradas agotadas. Explicaciones de tal entusiasmo.

Los oyentes de France Info habían aprendido a apreciarlo. Los espectadores de Bascala, esta tarde y mañana por la tarde, se sorprenderán al adorarle. Clément Viktorovitch, una rareza en el panorama audiovisual francés, ha comprendido bien su aura y la cámara de resonancia que esconde en una época en la que la comunicación política, más que nunca, está bloqueada por todos lados. A fuerza de descubrir todos los significados ocultos de las palabras utilizadas por nuestros políticos, este excelente analista rápidamente se ganó la reputación de evitar que la gente dé vueltas en círculos. Si el humor aflora por momentos en estas crónicas, ese no es el punto principal, ni lo que recordamos. En Viktorovitch, el dicho “nos toman por tontos…” es rápidamente socavado, desmantelado y vuelto contra todos aquellos que buscan adormecer al mundo con hermosas palabras o “falsas palabras”.

Mejor aún, este doctor en ciencias políticas, que inicialmente casi recurrió al mundo de la astrofísica, decidió afrontar las dificultades, pero sobre todo los placeres de las artes escénicas. A raíz de su libro “Le Pouvoir Rhétorique”, Clément Viktorovitch aparece por primera vez en el teatro en una mordaz ficción con el evocador título: “El arte de no decir”. Interpreta al asesor de comunicación del Presidente de la República que, tras ser brutalmente derrocado, busca venganza. ¿Su arma? Una conferencia “sencilla”, en la que decide desvelar todos los secretos que los políticos han utilizado para conquistar el poder…

Un talento cáustico y riguroso

En realidad, Viktorovitch cuestiona el lugar mismo del discurso en nuestra vida política. Cuando las palabras se vacían de su contenido, cuando la comunicación se reduce a un arte de no decir, ¿cómo podemos todavía formarnos una opinión? ¿Es todavía posible debatir en el ámbito del nuevo pensamiento único? Son tantas las preguntas que el público de Bascala afrontará esta tarde y mañana por la tarde ante un talentoso retórico que ya sabe atraer a grandes multitudes. La prueba es que no habrá plaza a la venta, ya que se han agotado todas las entradas para estas dos actuaciones excepcionales.

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